El Oviedo perdona más que nadie

Es muy difícil explicar y entender lo que ha sucedido en la tarde del domingo en el Carlos Tartiere. El Real Oviedo se dejó dos puntos ante el Huesca después de ir ganando por tres goles a cero. Los azules entraron muy bien al partido y cerraron una primera media hora brillante, pero a partir de ese momento, incomprensiblemente, el equipo desapareció. Una hora de partido donde los asturianos se dejaron remontar su ventaja y en el que los oscenses dieron la impresión de hasta poder llevarse el choque. 

El Real Oviedo salió mucho mejor que el Huesca al partido. Los azules, muy metidos desde los primeros compases, merodearon el área de Andrés y protestaron un penalti a los dos minutos por un agarrón a Dani Calvo a la salida de un córner. Y entre el enfado de todos los presentes, Borja Bastón volvió a adelantar a los carbayones tras un remate desde el interior del área que Andrés no pudo blocar y que el madrileño empujó a la red en el rechace. 

A punto estuvo el Huesca de igualar el partido pasado el cuarto de hora tras una falta lateral prolongada en la zona del segundo palo hacia el interior del área que Luismi envió con la cabeza a la esquina de forma providencial, ya que Salvador no había llegado a ese balón por poco. Y a los veintidós de partido, llegó una de las maravillas de la temporada. Obeng se inventó una chilena espectacular en el interior del área grande para llevar la locura a las gradas del Tartiere.

Y por si eso fuese poco, minutos después, Carlos Isaac se inventó otro golazo. El lateral enganchó un disparo increíble desde la frontal para poner el balón en la escuadra de Andrés y hacer el tercero. Y a punto estuvo de llegar el cuarto tras una internada de Viti que golpeó en Miquel y se estrelló contra el palo. En el rechace, Borja Bastón, con la espuela, remató arriba. Pese al gran partido de los carbayones, el Huesca iba a acertar en su primera llegada. Saque de esquina a favor de los oscenses, error defensivo del Real Oviedo, que deja a Marc Mateu colarse hasta la cocina para poner un balón atrás que Darío empujó al fondo de la red. 

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En los instantes finales del primer acto, el Huesca dio un paso al frente en busca de reducir al máximo la diferencia en el marcador. En una buena jugada entre Marc Mateu y Martínez en la frontal, el balón llegó a los pies de Seoane, que se encontró con la rápida intervención de David Costas, taponando el lanzamiento del futbolista visitante y enviando el balón a saque de esquina. No ocurría nada más en esta intensa primera mitad, con treinta y cinco minutos sensacionales del equipo de José Ángel Ziganda. 

En la segunda mitad, a punto estuvo el Huesca de meter en problemas al Oviedo. Nada más comenzar, Timor lo intentó con un disparo desde fuera del área que rechazó Femenías. Marc Mateu se anticipó para coger el rechace, pero se volvió a encontrar con una intervención increíble del meta azul, que con una gran mano abajo evitó a los oscenses recortar diferencias. También lo intentó Miquel con un remate cruzado a la salida de un córner que se acabó marchando desviado. En este tramo inicial del segundo acto, Galech Apezteguía expulsó a José Ángel Ziganda poco antes de que Seoane recortase distancias con un disparo desde fuera del área que superó al portero oviedista. 

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El gol animó aún más al Huesca, que continuó ganando metros sobre el césped del Tartiere en busca del tanto del empate. Pese a ello, el Real Oviedo no renunció a sus opciones en ataque, y tras un buen centro de Pierre Cornud, Carlos Isaac volvió a asomarse en la zona de finalización para empalar una fantástica volea que golpeó en un defensa y salió a saque de esquina. Tras el córner, el Huesca montó una rápida transición que dejó solo a Miquel ante Femenías, evitando el meta el tanto del empate. Pese a ello, minutos después, el propio Miquel acaba igualando el partido tras aprovecharse de un rechace en el interior del área grande. Los oscenses culminaban de este modo su remontada.

En los últimos minutos, ambos equipos dispusieron de alguna llegada suelta, sin llegar a generar ocasiones claras de peligro. Eso sí, eran los oscenses quienes daban más sensación de peligro. Con el pitido final, nadie se creía la oportunidad de oro que había desperdiciado el equipo. Difícil explicar lo ocurrido en el Carlos Tartiere.