El Real Oviedo sobrevive a la prórroga y pasa de ronda

Nadie regala nada en la Copa del Rey. Y si no que se lo digan al Real Oviedo. Los azules han necesitado de la prórroga para doblegar a un Manresa (1-2) que vendió cara su piel. Dos tantos de Masca, uno al comienzo del partido y otro en el 112, permiten a los azules continuar vivos en el torneo del 'KO' y, así, soñar con volver a medirse a un equipo de Primera División, tal y como ocurrió la temporada pasada cuando se enfrentaron al Atlético de Madrid.

No se le pudieron poner mejor las cosas al equipo de Luis Carrión al inicio del partido. En el minuto tres, Masca abría la lata para el conjunto oviedista. Un buen saque de esquina botado por Sebas Moyano desde la izquierda permitió al delantero luso cabecear al fondo de las mallas la pelota, y así, encarrilar la eliminatoria. 0-1. Parecía que el partido iba a ser un camino de rosas, si bien los azules gozaron de oportunidades en los minutos siguientes. Incluso en una acción de Moyano, su disparo pegó en Masca y se coló en la portería, pero el árbitro lo anuló por fuera de juego bastante dudoso.

El Manresa supo resistir para después reponerse. En el minuto 24, los catalanes alcanzaron la igualada después de una pérdida de Víctor Camarasa en el centro del campo. Baquero recogió el testigo y con un zapatazo impecable introdujo la pelota en la potería de Braat. 1-1 y el Congost se venía arriba. Hasta el descanso, solo un cabezazo de Álex Cardero al larguero intimidó la portería local.

La segunda parte no estuvo tan animada como la primera. Muchas disputas en el centro del campo y poca profundidad en ambas áreas. El Oviedo intentó llevar más el peso, pero la resistencia manresana evitaba cualquier intento por evitar la prórroga. Eso sí, el árbitro Galech Azpeteguía volvió a anular un tanto de Alemão por una mano bastante cuestionable del delantero brasileño. El enfrentamiento tenía que decidirse en la prórroga.

Ya en el tiempo extra, el Real Oviedo comenzó llevando el peso del partido, aunque sin transformarlo en ocasiones claras. El que sí la tuvo fue el Manresa en un mano a mano de Gilbert ante Braat que el portero francés desvió a córner después de impactarle la pelota en el hombro. Desaprovechada esa ocasión, llegó el golpe definitivo azul, de nuevo con Masca como protagonista. Viti colgó un buen balón al portugués que, de nuevo con oportunismo, envió al fondo de las mallas para euforia de los cerca de cien aficionados del Real Oviedo en las gradas del Estadi Congost. Su equipo estará en la siguiente ronda de la Copa del Rey.