La Crónica: Abelardo y El Molinón sacan el orgullo del Sporting

Llueve mucho menos en Gijón. El Sporting, arropado por el mejor ambiente futbolístico de la temporada en El Molinón, dio un paso de gigante hacia la permanencia con una victoria de mérito ante el Girona. Fue una de las mejores actuaciones corales de la temporada en Gijón. No sin sufrimiento en los minutos finales, el equipo de Abelardo mostró su mejor cara para vencer a un equipo de promoción de ascenso. Gragera y Uros Djurdjevic le dieron tres puntos a un equipo que se acerca mucho a lo que pedía Abelardo en su presentación. Garra, intensidad y velocidad. ¡Qué tarde llega este Sporting!

Con una novedad en el once regresó Abelardo a El Molinón cinco años después. Regresó Fran Villalba tras su ausencia en el once ante el Huesca. De la alineación, se cayó un Christian Rivera que dejó su lugar en el pivote a Pedro Díaz dando paso a un centro del campo con algo más de fútbol que en El Alcoraz. El Molinón respondió fiel a la llamada de su equipo y el Sporting salió con un gol de ventaja. Las gradas del estadio gijonés lucieron como nunca y apretaron desde el minuto 1 como hacía mucho que no se recordaba. Esa presión la notó el Girona que, atenazado, observó a un Sporting muy superior. 

Empezó muy metido el Sporting en el partido. En el primer minuto de juego, tuvo la primera Djuka. El montenegrino recibió en la frontal y cruzó su disparo excesivamente para que el balón se marchara lamiendo el palo. El Sporting estaba en volandas con su público, recuperando muy arriba los balones y creando mucho peligro. Pero los buenos momentos rojiblancos no se traducían en efectividad. Hasta que llegó el balón parado. Al tercer córner, puso un balón Pedro desde la esquina con música. Agradeció el envío Gragera para meter la cabeza en el área pequeña y envolver en alegría a El Molinón.

El gol pareció despertar al Girona. El equipo de Michel asumió todo el control del balón y comenzó a merodear la portería de Cuéllar. En un balón desde la banda derecha, llegó el golpe de la tarde. Llovido hacia el segundo palo, pecó de falta de contundencia Guille Rosas. También Berrocal. Y un 'cazagoles' de la talla de Stuani fue incapaz de perdonar. El uruguayo anotó ante la bandera levantada del linier. El VAR le llevó la contraria a su compañero de la banda y habilitó la posición de Stuani para conceder el gol del empate. 

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Pero hoy había otro Sporting enfrente. El equipo rojiblanco, en otras tardes, hubiera sido un manojo de nervios. En cambio, de la mano de Abelardo, el Sporting tuvo el aplomo necesario para que no le llevara la corriente. Le favoreció la lesión de Junca, que estaba siendo de los mayores peligros del Girona. Entró Jairo en la banda y respiraron tanto Guille Rosas como Aitor. Desde el otro lado, el Sporting comenzó a cocinar el segundo. Kravets controló el balón y vislumbró la entrada de Puma. El panameño alzó la cabeza y vio la cabeza de Djuka. Remate imperial del montenegrino para poner la ventaja antes del descanso. 

Volvió a salir el Sporting espoleado por su gente a la vuelta de vestuarios. El Girona se volcó para buscar los puntos necesarios para seguir manteniendo su ventaja con la zona de promoción. Pero fue más la sensación que los hechos. El equipo de Michel monopolizó el control del balón pero sin ocasiones manifiestas. El Sporting seguía bien plantado y llegando arriba. La primera fue de Djuka después de una gran acción de Aitor. En el córner posterior, el montenegrino empaló un balón de primeras que detuvo Juan Carlos. 

El portero del Girona sería protagonista también en otra de las claras del Sporting. Pedro Díaz, el jugador con más luz en el Sporting, ensayó disparo lejano. El guardameta despejó a los pies de Djuka. El montenegrino, lento, no vio la entrada de Rivera. Cuando se la quiso dar al '17', ya había perdido toda opción posible. El gijonés, que había entrado sustituyendo a Villalba, disparó a las nubes. En el otro área, una de las más claras la tuvo Stuani. O casi la tuvo Stuani. Berrocal estuvo inmenso en esa acción para impedir que el uruguayo rematara un balón con el que ya se relamía el pichichi de la Segunda división. 

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Con la falsa sensación de que el Girona no llegaba a la portería de Cuéllar, se fueron consumiendo los minutos. Abelardo dio entrada a Jony para buscar algo de velocidad por las bandas. El cangués entró al partido con la intención de que se jugara poco. Y labor cumplida. En uno de los numerosos aguantes en el banderín, se deshizo de dos rivales para brindar un balón franco a Nacho Méndez. El de Luanco, de primeras, no atinó con la portería. 

Entró el partido en la recta final con el Girona merodeando la portería. Pero fue más merodeo que aviso. De hecho, no se contabiliza ninguna intervención de Cuéllar en la tarde del domingo. Una tarde que se cerró con el Girona buscando balones al área. Con la subida de Juan Carlos a rematar un saque de esquina, los fantasmas afloraron. El portero del Girona, que ya le marcó un gol al Sporting cuando jugaba en el Lugo, no pudo repetir la gesta.

Tuvo la última Stuani en el último suspiro pero su remate de cabeza salió franco a las manos seguras de Cuellar. Y El Molinón rugió. Tres puntos de pura entrega para un equipo que se reactivó antes del desastre. El Molinón y, en especial, Abelardo son grandes culpables. Las señas de identidad del Pitu calaron en un equipo que celebra media permanencia. Todavía queda, pero así es mucho más sencillo.