La Crónica: Alemão sigue de dulce y endulza al Oviedo

Los goles son la alegría del fútbol. Y Alemão es una persona muy feliz. Sonríe el Oviedo cuando el delantero brasileño enfila portería rival. Un sinónimo de alegría para el conjunto de Javi Calleja. Volvió a perforar la red rival para llevarse los tres puntos ante un Eibar con más nombre que peligro. El Oviedo planteó un encuentro serio para firmar un nuevo triunfo en casa y reforzar más el proyecto del conjunto carbayón. Todo es más fácil con el hambre de Alemão. 

Con Cazorla y Seoane como caras nuevas en el cartel del estreno, salió el Oviedo bravucón al Tartiere. Tenía la deuda el equipo de Calleja con su gente del dominio de los partidos y empezó con garbo, con un primer disparo antes del primer pestañeo del Eibar. Los de Etxeberría, bien formados en cuanto a la presión, perseguían sombras ante la buena circulación azul. Rápido cambiaron las tornas, con el Eibar pasando a moldear el juego. Un respeto máximo en el arranque. 

Empezó a quitarse de encima la pereza el Oviedo al compás de Santi Cazorla. Apareció el '8' para encontrar la internada del hoy lateral Luengo dentro del área. El vasco, con alma de delantero, controló y la cruzó para poner el primer "uy" en la grada del Tartiere. El único atisbo de emociones fuertes en una primera parte arrancó plomiza. Nadie era capaz de llevárselo a su terreno, con Cazorla y Matheus Pereira como jerarcas de los suyos, 

Estaba el partido falto de alteraciones de la calma y Sánchez López se puso el mono de trabajo. No lo dudó el colegiado a la hora de mostrar el camino a vestuarios a David Costas tras cortar la internada de Bautista. Tras una revisión que se eternizó y con Javi Calleja en estado de ebullición, la moviola salvó al central gallego por fuera de juego. Una acción que encendió la caldera del Tartiere, aunque eso no se tradujo en ocasiones. Cuando el final ya se echaba encima de ambos, Moyano tuvo la más clara después de una conducción que terminó en disparo. Rozó el bingo el cordobés antes del entretiempo. A repasar conceptos. 

Sin novedades en el plantel, pero de la mejor manera para los intereses azules arrancó el segundo tiempo. Cabalgó Ilyas Chaira la banda, levantó el periscopio y vio la aparición del hombre con más gol de este Oviedo. Alemão acudió a su cita en el corazón del área pequeña para martillear con la cabeza la red de Fuzato. Un inicio de temporada de amistad bien forjada con los tantos para un brasileño enfilado. 

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El tanto espoleó al Eibar, que se animaba por medio de Alkain. Una subida de intensidad que no se tradujo en trabajo extra para Escandell. Movieron el banquillo ambos entrenadores para buscar el giro de plan, con Calleja apostando por el control de Kwasi Sibo y el desborde de Paulino. El cántabro rozó el segundo, aunque la acción estaba invalidada. La tuvo después, ya habilitado, con un remate de cabeza tras un centro de cirujano de Cazorla. Fuzato se lo negó con una parada de destellos. Volvió a aparecer el portero brasileño con una gran parada a un enchufado Chaira. 

El Oviedo siguió mejor y Luengo acentuaba el trabajo del portero del Eibar con un gran disparo lejano que soñó con ser el segundo. El Eibar, más por el marcador que por ocasiones, no tiraba la toalla. Más empuje moral que visitas al área de un Aarón Escandell que pasaba inédito por el partido. Se llevó la ovación de la tarde Santi Cazorla cuando Calleja lo llamó al descanso para dar entrada a Alberto del Moral. 

Chaira completó su gran partido rascándole la segunda tarjeta a Arambarri, finalizando el Eibar con uno menos el choque. La expulsión fue la última piedra en la mochila del equipo de Etxeberría, incapaz de generar peligro y cuestionar la victoria azul. El Oviedo, en su partido más serio la temporada, sumó tres puntos de mérito para reforzar el proyecto de Javi Calleja.