La Crónica: Dubasin salva los muebles en otra tarde sin colmillo

Tres resultados se pueden dar en el fútbol. En el descuento de La Romareda, se pasó por dos y pudo llegar al tercero. Femenías negó el gol a Campuzano que hubiera significado una de las remontadas más rápidas del Sporting de Gijón. Se había encontrado Dubasin con el empate minutos antes. De forma previa, el Zaragoza había tenido ocasiones suficientes para ampliar la renta. El encuentro entre Zaragoza y Sporting es la demostración de la situación clasificatoria de ambos. Otro empate que le sirve de poco al equipo de Albés. 

Con Kevin Vázquez asentado en el centro de la defensa como principal novedad arrancó un partido rápido. Por el césped, nada que ver con el estadio de El Molinón, que corría de lo lindo. Lo empezó a aprovechar el equipo de Miguel Ángel Ramírez con rápidas triangulaciones que llegaron a finalizar con un disparo tenso de Francho Serrano a los guantes de Yáñez. En el otro área, las dentelladas de Dubasin o Nico Serrano eran los alicientes en un inicio de partido prometedor que rápido cogió tintes de plomizo. 

No pasaba nada en La Romareda y el Zaragoza empezó a construir. Muy fácil se fue Pau Sans de Kevin Vázquez para plantarse en el mano a mano ante Yáñez. El meta catalán volvió a dejar el momento de la semana con una parada de reflejos que dejó el gol ahogado en las gargantas de La Romareda. Fue el primer estímulo de una tarde que no dibujaba muchas emociones. Desde la banda, más caliente que un horno de leña, amonestado Ramírez. 

El final de la primera parte volvió a animar las cosas. En especial, al Sporting. Empezó a merodear la portería de Femenías para exigir al portero local. El primero fue Gelabert, completando una contra de libro bien guiada por Dubasin con un disparo que repelieron entre el exportero del Oviedo y Arriaga bajo palos. Dentro del arreón, Nico Serrano también pudo abrir la lata en un desajuste, de tantos, en la defensa del Zaragoza.

Completó el trío de ocasiones Nacho Méndez con la más clara de la primera parte. Armó disparo el de Luanco y Femenías metió la yema de los dedos para mandarla al palo. Respondió el Zaragoza antes de irse a la caseta con un disparo de Dani Gómez sin mayores contratiempos para Yáñez. 

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Empezó con susto. El Zaragoza salió con fuerza y Liso alertó con un disparo que no se marchó muy lejos. Un minuto después, Yáñez volvió a aparecer para realizar otra de las suyas habituales en las últimas jornadas. Pau Sans le hizo el lío a Kevin Vázquez y armó un disparo cruzado que repelió bien el portero del Sporting. El inicio del equipo de Albés fue tétrico y el Zaragoza lo aprovechó. Otra vez salió en la foto Kevin, dejando a Soberón girarse a su antojo y acomodarse el balón para colocarla en la escuadra de Yáñez. Una buena primera parte tirada por el sumidero. 

Volvió Albés al plan original con Pablo García y Campuzano. Le sirvió al Sporting para merodear otra vez la portería de Femenías. Encontró el premio del gol en un saque de esquina, pero el árbitro se lo negó por una pelea cuerpo a cuerpo con Keidi Bare. Así, así, Era de lo poco rescatable de un Sporting que volvía a ser endeble atrás como si no fuera la cosa con él. Róber Pier regaló un despeje infantil que obligó a Yáñez a realizar la enésima. Era un desastre generalizado. 

Quemó las naves Albés con Dotor. Pero estaba el Sporting indolente. Lento en la circulación, errático en los pases y carente de colmillo. Una buena demostración de la temporada del equipo rojiblanco. Se salvaban los asturianos por la falta de puntería del Zaragoza arriba. Ante las necesidades de unos, el miedo de los otros. Emergió la blandura maña atrás para que Campuzano llegara a línea de fondo tras un centro de Pablo García y ponérsela atrás a Dubasin. El delantero se reencontró con el gol reventando el cuero contra las clásicas redes de La Romareda.

Un estadio que se aficionado esta temporada a que los descuentos sean para cardiacos. Y eso pudo repetir Campuzano si no llega a ser por Femenías. Falló el catalán un pase de la muerte tras otra genialidad de Dubasin. Se quedó con la miel en los labios el Sporting después de otra mala tarde. Ni Ramírez cambia la cara de este equipo.