La Crónica: El descuento no salió al rescate del Sporting

El Sporting de Gijón sumó un nuevo punto en El Molinón donde ningún rival ha sido capaz de llevarse el botín completo. Empate ante el Amorebieta que sabe a poco y no por la imagen del equipo vasco, que sorprendió por su valentía y su descaro arriba. Golpeó antes el Sporting por medio del 'killer' Gaspar. Reaccionó rápido el Amorebieta tras aprovechar un error duro de Yáñez. El descuento estuvo cerca de ser aliado pero Rivera y Djuka no atinaron. Un empate que sabe a poco. 

Como una buena costumbre, la afición del Sporting ha cogido el vicio de empezar los partidos dos horas antes. El ambiente llevó en volandas a los rojiblancos y amedrentó a los vascos a su llegada al campo. Una vez sobre el césped, el primer aviso no daba muestras de miedo visitante. El primer aviso llegó por parte azul, con una intentona de Edwards que se marchó por poco. Sin tiempo para relamerse del susto, asustó Otero. Le robó la merienda, ya convertida en cena, a Manu Hernando el colombiano y se dirigió a ampliar su renta ofensiva. Campos se lo negó en el mano a mano. Era manifiesta. 

También le quedó muy clara a José Ángel. El lateral del Sporting, con el regusto que le dejó ver portería en Villarreal, se encontró con un balón suelto en su zona de disparo. Zambombazo que se marchó silbando el palo del Amore. La duda de como lo hubiera celebrado se mantiene en el pensamiento de los aficionados del Sporting. Se rehizo el equipo rojiblanco de un inicio algo dubitativo para empezar a dominar el partido. Un control sin más llegadas sobre la portería vasca. 

El ritmo del partido fue cogiendo tonos plomizos. El Amorebieta guardaba sus cartas atrás y el Sporting movía la pelota de lado a lado para intentar abrir brecha en la zaga visitante. Una misión complicada con el ritmo que quería imprimir el equipo de Ramírez. Muy lento, muy previsible. Al Sporting le faltó la marcha más que mostró otras semanas y también la efectividad que no tuvo Otero. Mucha más emoción en desenvolver el bocadillo que sirvió como cena para muchos que sobre el césped. 

Para la digestión, un inicio de más emoción que como lo habían dejado ambos. Campuzano y Nacho Méndez empezaban avisando con disparos tímidos. Con más alicientes amenazaba el Amorebieta, con un disparo de Sibo que acongojó a más de uno. Reaccionó Ramírez con un doble cambio que cambió el partido. Entraron Villalba y Guille Rosas y Gaspar se recolocó en el frente de ataque. A la primera, en la frente. Le cayó al lateral la pelota y en el primer contacto con el balón se la puso gaspar. Desde el puesto de delantero, sacó su alma de delantero para ajusticiar al 'Amore'. Acción-reacción. 

Y reaccionó inmediatamente el Amorebieta. Desde la esquina conectaron con Gayá tras un toque rojiblanco en la trayectoria del balón. El remate del defensa se le coló entre las piernas a Yáñez. El que nunca falla, falló. Se le escurrió el balón al seguro rojiblanco para echar un jarro de agua fría sobre El Molinón. 

Quiso levantar de nuevo la temperatura Gaspar. Lo hizo tras recibir un gran balón de Villalba. El desparpajo del valenciano le abrió la puerta al área rival para ver una nueva entrada del '7'. En esta ocasión, Campos le negó el doblete con un pie mágico. Primero fue el portero, minutos después sería el larguero el que libraría a los vascos. La puso Cote muy dulce y Otero martilleó con la cabeza contra la cruceta. Buscó el Sporting la heroica en el descuento nuevamente pero las piernas no daban para más. Rivera tuvo el gol en sus botas en el descuento pero no conectó un centro de Cote que era un 95% del gol. Un empate que sabe a poco por la atmósfera y por la inercia. Pero el Sporting no pierde en casa.