La Crónica: El Huesca fulmina al Oviedo y a su racha en el Tartiere

Regresaba el Real Oviedo al Carlos Tartiere con el objetivo de apagar la llama de la dura derrota ante el Elche, y el Huesca la avivó. Los oscenses, sin ganar desde el 4 de octubre, golearon al conjunto carbayón en su feudo en un encuentro plácido para ellos desde el principio. Los de Calleja no tuvieron fútbol, pero tampoco suerte. Hasta en dos ocasiones se encontraron con la madera en otro encuentro que hará mella en la moral carbayona. 

Presentó el Oviedo una defensa mucho más reconocible respecto a la vista semanas atrás, con Dani Calvo y Costas en el eje de la zaga, pero el tanto en contra no tardó en llegar. En un desajuste atrás, el Huesca hizo lo que sabe hacer, correr al espacio a través de un Soko imparable que le puso en bandeja el tanto a Sergi Enrich. Cumplía la ley del ex el menorquín, que no quiso celebrarlo. Cuesta arriba la cosa para los de Calleja desde el minuto 14. 

El guion de partido era el peor posible, pues siempre que el Huesca se había puesto por delante había puntuado este curso. Alemão tuvo el empate en un balón muerto dentro del área que envió a las nubes en el ecuador del primer tiempo. Poco más para un Oviedo que tenía el dominio del balón, pero que no era capaz de poner en verdaderos aprietos a los oscenses. De hecho, fueron los visitantes los que a través de un saque de esquina probaron a Escandell, que tapó abajo el cabezazo de Loureiro. La única noticia negativa para los de Hidalgo fue la lesión de Soko, un dolor de cabeza para la zaga azul. Pero al descanso el resultado seguía siendo de 0-1. 

La segunda parte emergió como esperanza para ver un cambio en el Oviedo, pero el encuentro fue a peor desde el principio. Luengo erró en el pase y Javi Mier galopó desde campo propio hasta probar a Escandell. El valenciano taponó su disparo, con la mala suerte de que el rechace fue directamente al cuerpo de Enrich, que anotó su segundo gol de la noche. 0-2 en el 48’. 

La respuesta inmediata de Calleja fue realizar un triple cambio. Fede Viñas, Paraschiv y Chaira saltaron al césped en lugar de Moyano, Alemão y Seoane. No tenía mucho fútbol el Oviedo, pero tampoco suerte. Oier Luengo pegó un zapatazo desde la frontal que se estrelló directamente en la madera. Era el punto de inflexión para comenzar la remontada, aún con más de media hora por delante. También desde la misma posición estuvo cerca de lograrlo Chaira, aunque en su caso el balón se fue rozando el poste. 

Mejoró el Oviedo con los dos delanteros a través del juego directo, pero el Huesca se mantenía sólido en su área. Pasaban los minutos sin novedades y Calleja siguió buscando soluciones, esta vez con la entrada de Portillo y pasando a jugar con un 3-5-2. La volvieron a tener los azules con un cabezazo de Chaira al larguero. Era el segundo poste del partido. No era el día, desde luego. Y fue a peor cuando Joaquín Muñoz, completamente solo, empaló la pelota a la escuadra para fusilar a Escandell y poner el tercero. Una dura derrota que hace saltar las alarmas.