La Crónica: El Oviedo se empeña en creer 

No se podía fallar y el Real Oviedo no lo hizo. Con mucho, mucho sufrimiento, el equipo de Luis Carrión logró imponerse por la mínima a un Real Zaragoza que vendió cara su piel. Tras una primera parte igualada, los azules se volcaron al ataque y la expulsión de Toni Moya ayudó aún más. En la recta final, Alemão hizo estallar a un Carlos Tartiere que seguirá disfrutando de los suyos en la 5ª plaza una semana más. Y ya queda una jornada menos. 

Arrancó con las ideas claras el Oviedo, presionando arriba y con personalidad, pero las primeras aproximaciones fueron para el Zaragoza. En un saque de puerta, la zaga maña logró conectar con Iván Azón, que ganó en carrera a Luengo y la colgó al segundo palo, donde apareció completamente solo Liso para enviarla arriba. Poco después también lo intentó Zedadka con un disparo que sorprendió a todos menos a Leo Román. 

La propuesta de Carrión era valiente, con un Viti muy incisivo por su banda que generó buenos ataques para el Oviedo. Así llegó la primera ocasión, por medio de Paulino, que estrelló su disparo en Cristian Álvarez. Pero estos riesgos que asumía Viti también provocaron varios dolores de cabeza para Calvo y compañía. Cuando el equipo azul la perdía, el de Laviana estaba muy alto y el Zaragoza generaba superioridad por su zona. 

Tras superar el ecuador del primer tiempo los de Carrión fueron diluyéndose, con constantes interrupciones de un Zaragoza que creció en el partido, sobre todo a través del balón parado. Hasta 11 saques de esquina a favor de los visitantes en la primera parte, aunque Leo Román no tuvo mucho trabajo y esa sensación de peligro de los aragoneses no se tradujo en nada peor. 

Tras el paso por los vestuarios Carrión apostó por Cazorla para darle más continuidad al juego de los azules y fue Paulino, el único que tenía amarilla, el que se quedó en el banco. El de Llanera genero un gran impacto en el partido, todo empezó a pasar por sus botas y gracias a un centro suyo Alemão la tuvo de cabeza con un remate demasiado flojo. 

Dio un paso adelante el Oviedo y Carrión apostó por Duba y Moyano en lugar de Borja y Masca. En un saque de esquina llegó la más clara para los azules, con un Oier Luengo que remató con el pie pero no fue capaz de dirigirla a puerta. Empezaban a llegar las prisas: Colombatto y Dubasin también lo intentaron con disparos desde fuera del área. Pasaba el crono demasiado rápido para los intereses del Oviedo, que disputó los últimos minutos con un hombre más. Toni Moya se fue expulsado por una dura entrada sobre Colombatto. Quedaban poco más de 15’ para el final y Carrión fue a por todas: Borja Bastón entró por Pomares. 

Con los 10 jugadores maños en su área, el Oviedo buscó desesperadamente el gol, no había otra opción. Hasta que lo consiguió. Lucas la colgó al corazón del área y Alemão, marca de la casa, la empaló para adelantar al Oviedo en el 85’. Estalló de júbilo el Tartiere, que mantuvo en volandas a los suyos hasta el final para conseguir una victoria vital en la lucha por el play off. Todo se queda como estaba, pero ahora los azules están aún más cerca del objetivo.