La Crónica: El Real Oviedo se desquita en La Rosaleda

El Málaga tenía una final y el Real Oviedo se encuentra en una situación clasificatoria que dista de ser límite. Ese motivo, añadido al estilo de juego definido de Álvaro Cervera, supuso que el partido cumpliera con el guion previsto en los minutos iniciales. Los andaluces tenían el esférico, mientras los asturianos se sentían cómodos en el bloque bajo. La propuesta valiente de Pellicer era anulada por un equipo bien posicionado.

En semejante contexto, los minutos transcurrían sin que hubiera ocasiones. La sensación de peligro llegaba por la banda de Lago Junior, pero Braat no tenía que intervenir. Los asturianos esperaban a tener la suya. Esta llegó en el minuto 25. Un error en la salida de balón se saldó con un buen remate de Viti que Yáñez despejó. En cualquier caso, el colegiado no lo percibió y decretó saque de puerta.

Esto sirvió para espolear a los carbayones que ganaban metros. Mientras un Yáñez poco solvente se equivocaba en un par de ocasiones con los pies y ponía nerviosa a una Rosaleda que, pese a la mala situación del equipo, registró una buena entrada. Sin embargo, el guardameta estuvo providencial para evitar el tanto al filo del descanso. Borja Bastón se fue de su par y remató dentro del área, pero el guardameta local sacó la pierna.

Cuatro minutos después, el delantero se retiraba lesionado por un presunto problema muscular.  Sergi Enrich ingresaba en el campo y con esta sustitución, se llegaba al tiempo de asueto. Tras este, volvían los protagonistas al terreno de juego sin cambios en ninguno de los dos equipos.

En la segunda mitad, el partido no cambió demasiado, pero las posesiones estériles se castigaban con silbidos desde la grada. La impaciencia comenzaba a aflorar y de forma bidireccional, se trasladaba de la grada al césped y de este a la grada. En este escenario de crispación, Abel Bretones erraba un mano a mano tras una buena triangulación. Un minuto después, Lucas Ahijado estuvo cerca de anotar el primero tras una serie de rechaces en el área. La música de viento y la letra de los cánticos ponían de relieve que al Real Oviedo le funcionaba madurar el partido.

En este contexto, el cuadro asturiano no desafinó. Una combinación fantástica entre Lucas Ahijado y Sergi Enrich permitía a Vallejo completar la sinfonía. No podía tener mejor debut como titular. En ese momento, Burgos perdió los nervios y tras decirle algo al asistente fue expulsado. Poco después, el colegiado era muy generoso al no mostrar la segunda amarilla a Javi Jiménez por una falta sobre Enrich en el salto. 

A partir de ahí, el partido parecía controlado. Una mala salida de Braat en un saque de esquina generaba un sobresalto en el centenar de aficionados azules desplazados. A través de un saque de banda, Loren probó fortuna dentro del área, pero taponó bien la defensa carbayona. En el 77, gracias a otro córner, Luismi tuvo la sentencia con un cabezazo entrando desde atrás libre de marca.

El encuentro entró en su recta final. El Málaga no le perdía la cara al partido, aunque no tenía ocasiones claras.  De nuevo en un saque de esquina, el Real Oviedo tuvo el segundo. Dani Calvo asistía con la testa a Sergi Enrich que fallaba a bocajarro. El rechace casi lo transforma el recién incorporado Raúl Moro. 

Un córner a favor de los locales dos minutos después de que se cumpliera el tiempo de prolongación daba más emoción al final del partido. Tras lanzarse sin consecuencias, pañuelada en La Rosaleda. El conjunto asturiano suma 34 puntos y vuelve a distanciarse respecto al descenso. Mientras, el Málaga continúa en posiciones de descalabro y en función de los resultados que se produzcan esta jornada, su situación crítica puede empeorar.