La Crónica: El Sporting 'falla' en Valencia

En época de Fallas en Valencia, el Sporting demostró que es experto en falllar. Sobre todo fuera de casa. El equipo de Ramírez se volvió a despeñar lejos de El Molinón tras un partido más que flojo en el que los rojiblancos estuvieron a merced del Levante en todo momento. Falto de ideas y de contundencia, un gol de Álex Muñoz hizo justicia. Pudieron ser más pero los atacantes granotas no acertaron. Una derrota que escuece y que enciende alarmas. Los puntos sostenían la falta de sensaciones. Ahora, ni uno ni otro. 

Con Rubén Yáñez regresado para la causa como única novedad en la foto inicial, tuvo que sacar el Sporting el capote para lidiar con un miura. El Levante, herido de orgullo, salió con furia para encontrar redención con su afición. El equipo de Miñambres fue un torbellino de inicio, dominando a un Sporting que no podía salir de su campo. Carlos Álvarez tuvo la primera pero la mandó al limbo desde el interior del área. Era un aviso de la tormenta que se venía sobre el Ciutat de Valencia. 

Saguía sin verlas venir el Sporting. No por demérito rojiblanco. El Levante activó el modo ataque pero no el modo finalizador. Las llegadas se sucedían sobre el área de Yáñez y el palo del portero catalán chillaba con el remate de cabeza de Romero. El balón salió rechazado contra la mano de Yáñez y, afortunadamente, se fue para fuera. El portero del Sporting tuvo trabajo en su vuelta y dejó una jugada con dudas, despejando el balón pero encontrándose con problemas para despejar. Algo renqueante se le vio. 

Del gran inicio fulgurante del Levante se marchó de rositas el Sporting. Incluso pudo hacer daño el equipo de Ramírez. Hassan encontró a Juan Otero en el corazón del área pero el disparo, nada sencillo del colombiano, fue franco a las manos del portero. Fue lo poco que se asomó el equipo rojiblanco por la portería de Andrés Fernández en el primer tiempo. 

La serie siguió con el mismo guion en la segunda temporada. El Levante se comía cual caníbal al Sporting, siempre por delante en las acciones ofensivas y defensivas. En la segunda parte surgió el mejor aliado de los rojiblancos. También el mayor dolor de cabeza. Fabricio fue una pesadilla para los centrales asturianos, ganando cada partida y presentándose siempre solo ante Yáñez. Diego Sánchez, Pascanu, Insua. Todos sufrieron al delantero del Levante. Menos Yáñez. Tres veces se plantó en el mano a mano. Las tres, balas perdonadas. Ver para creer. 

Pero no perdonaron todos. Desde la esquina, el Sporting se cavó el foso. Nadie fue capaz de frenar a Álex Muñoz dentro del área y el central entró a rematar solo. De miranda la defensa rojiblanca para ver como el Levante se ponía por delante. El Sporting no creía en sus posibilidades, era difícil creer. Como fueron difíciles de creer, los cambios del Sporting. Ramírez modificó piezas de forma extraña, con presencia eventual de un pitado Róber Pier en el lateral diestro hasta que a Guille le dio por entrar minutos más tarde. Era la imagen viva del caos rojiblanco. 

El tiempo se fue consumiendo sin que el Sporting rozara el área local. Le pudo poner algo de picante Giorgi con una autoexpulsión más que justa. El tobillo de Diego Sánchez fue la víctima. Con uno más para la recta final, el Sporting fue incapaz. Al igual que durante prácticamente todo el partido. No se asomó sobre la portería de Andrés Fernández. El Sporting visitante se dejó ver en Orriols. Bochorno rojiblanco para volver a sembrar dudas en el camino de la promoción. Una zona de la que se queda fuera tras rozar el estrépito en Orriols.