La Crónica: El Sporting paga cara su racanería en Vitoria

"No por defender con más futbolistas, vas a defender mejor". Una frase tan manida en el mundo del fútbol que se convirtió en realidad de nuevo en Anduva. Defender con más futbolistas no hizo al Sporting de Gijón ser más seguro. Le hizo defender más. Acobardado tras el gol de Dubasin, el Mirandés se hizo grande ante la fragilidad defensiva del equipo de Borja Jiménez. Lo ganó todo por alto el local, lo perdió todo en la intensidad el visitante. Un Sporting excesivamente rácano terminó pagándolo con los males del pasado. Las rectas finales del partido volvieron a ser pesadilla para traducirse en la primera derrota de Borja Jiménez. Se le quedó grande. 

En un Mendizorroza rápido como las balas por el efecto de la lluvia caída en Vitoria, el Sporting salió flasheado. Como su camiseta. Empezó golpeando el Mirandés ante la fragilidad defensiva rojiblanca. Pablo Pérez tuvo el primero en su cabeza, pero no contaba con la reacción rápida de Yáñez. Primer milagro del portero del equipo gijonés para salvar a bocajarro el remate del Mirandés. Necesitaba cierta espabilina el Sporting, solo despertado por los arreones ofensivos del nuevo tridente formado por Cortés, Dubasin y Gelabert. 

Empezó a despertarse el equipo de Borja Jiménez a base de ataques rápidos. Cortes mostró virtudes y exigió a Nikic con un disparo rápido tras pase de Gelabert. Que bueno que es el '10'. Y para bueno, el '1'. Volvió a aparecer Rubén Yáñez con una parada estratosférica abajo a Tamarit. Estaba en buenas manos el Sporting. Creciendo en ataque y seguro en defensa. 

Y se encontró con el gol. Bauza cayó en una chiquillada dentro del área. El agarrón que en tiempos de VAR es castigo máximo lo recibió Dubasin. El Juan Palomo. A mí me lo hacen, yo lo tiro. Se lo cedió Corredera al '17' y agradeció el regalo. Imparable desde el punto de penalti y alegría desbordada en la esquina visitante que ponía el audio a Mendizorroza. 

Con el partido entrando en terreno Sporting, con todo bajo control, quiso crecer más en el marcador el equipo de Borja Jiménez. Emergió como un extremo Diego Sánchez para servir un balón exquisito a Dubasin. La fuerza necesaria para llegar al delantero fue la que le sobró para que el hispano-belga para conectar con el remate. Fue muy clara para un Sporting que ganaba con lo justo. Pero justo es lo que hacía falta. 

Se atrincheró Borja Jiménez con la entrada de Pablo García en lugar de un Cortés activo, pero desacertado en sus acciones. Aunque para desacierto, los centrales del Sporting en el gol del Mirandés. Se la comió Pablo Vázquez, se la zampó Perrin, se la merendó Diego Sánchez. Una acción paupérrima de la defensa del Sporting que aprovechó Carlos Fernández para empatar el partido. No había salido de vestuarios el equipo de Borja Jiménez y el Mirandés hacía sangre. Missing rojiblanco. 

Con el control del balón quiso crecer el Sporting en el partido. Y con la valentía de Pablo Vázquez para asomarse por campo rival con una arrancada de extremo. Llegó el de Gandía, levantó la cabeza y su envío lo mandó arriba a Nacho Martín espoleado por la lluvia. El mismo efecto mojado hizo que un envío de Dubasin no lo encontrara Justin en boca de gol. Aguantando el tipo, el Sporting sacaba la cabeza de su área y empezaba a acercarse a la portería de Nikic. 

Pero fue un acercamiento fugaz. Un espejismo. Volvió a enrrocarse contra su portería ante un Mirandés que no se cansó de ganar duelos. Y así llegó el golpe. El enésimo balón que ganó el equipo local terminó en las botas de un Petit que ajustició la racanería del Sporting en el ocaso del partido.