La Crónica: El Sporting pierde, y mucho, en Zaragoza

El Sporting de Gijón llega magullado al derbi. Lo hace tras una noche para el olvido más profundo en La Romareda. Ya no solo por el duro correctivo en el marcador que el Zaragoza le endosó a los rojiblancos (3-0). La imagen fue dura, con errores infantiles que regalaron tres goles. Pero el peaje fue a más. Cote se perderá el derbi asturiano tras ver la quinta amarilla. Mismo camino que apunta a seguir Rubén Yáñez. El catalán, que se resbaló en el tercer gol maño, se retiró entre lágrimas y con la preocupación generalizada en su rodilla. Alarmas encendidas a cinco días del derbi asturiano. 

Sobre el papel, el plan de inicio fue más de Ramírez que de Velázquez. El Sporting, sin generar peligro, dominaba el balón en base de una presión intensa y organizada. El Zaragoza, en cambio, a verlas venir. Ambos equipos mostraban lo que decía Ramírez en la previa. "Nos respetan mucho". Entre respeto y respeto, el tiempo fue pasando sin que nada palpable llegara para disfrute de la siempre animosa hinchada de La Romareda. 

En una salida rápida llegó el primer golpe. Fue con efecto posterior. Para dentro de cinco días, concretamente. Cote se pasaba de fuerza y se perderá el derbi asturiano. En su enfado contra el césped reflejó toda la rabia por lo perdido. Fue el toque noticioso de un primer tramo de partido para dormitar y por trozos. Primero para el Sporting, luego para el Zaragoza. Al final para nadie. 

No estaba pasando gran cosa en La Romareda. Sin ocasiones y todos pendiente del error del rival. Y el Sporting falló. En cadena. Nacho Méndez erró en el pase y el balón le fue a caer a Francho Serrano. El talentoso centrocampista del Zaragoza, sin nadie que le presionara, levantó la cabeza y vio la entrada de Mollejo. Tan solo como el que le pasaba el balón. El extremo entró solo, puso el centro y Cali metió la pezuña. Imparable. El Sporting, contracorriente un día más. Y lo peor es que no se le intuía reacción a los de Ramírez. Las miradas, al banquillo en busca de soluciones. 

Para la segunda parte de la función, mismos actores. Hassan amagaba con tirar del carro ante un Mollejo amonestado. Pero en las pérdidas, el Sporting perdía el sentido. Perdía Rivera en su campo y el Zaragoza montaba el relámpago. Raúl Guti cerraba el contragolpe estampando el balón contra el palo de Yáñez. De paso, se llevaba el rejón de Rivera para marcharse del partido. 

Ramírez no movía el banquillo pero el plan empezaba a torcerse de su lado. Estaba mejorando el Sporting ante un Zaragoza que se mostró vulnerable. En la primera llegada del Sporting en todo el partido, retumbó La Romareda. Entre Djuka y Otero cocinaron la cesión para Cote. El de Roces lució fusil y obligó al bueno de Edgar Badía a estirarse para mandarla al larguero. Del atisbo de esperanza al mazazo. Otra vez, víctima de sus errores. El melonazo de Rivera atrás buscando a Róber Pier complicó al gallego que se lo hizo más difícil no mirando a su espalda. Maikel Mesa, cual buen carterista, aprovechó el regalo para el segundo. 

Y golpe tras golpe. La imagen iba en picado. Róber Pier se la cedió con la cabeza a Rubén Yáñez. El meta, seguro máximo en otras noches, se resbaló sobre el humedo césped de La Romareda. No quiso ser desagradecido Francho Serrano que, sin tener que currárselo mucho, puso el tercero. El mazazo era importante. Pero más fue la imagen siguiente. Rubén Yáñez, a lágrima viva, se iba de La Romareda dejando en vilo al sportinguismo. El peaje era más caro que el propio Huerna. 

Para solventar la papeleta, un Christian Joel con cara de derbi. 'Cuba' intervino para salvar el cuarto de Manu Vallejo. Sus minutos para cargar motivación fueron buenos. Tuvo que intervenir otra vez para salvar otro error de un desconocido Róber Pier. Irreconocible el Sporting en defensa para caer por segunda jornada consecutiva al derbi asturiano con la cara magullada.