La Crónica: El Sporting se aferra con sufrimiento

Objetivo cumplido. Con más sufrimiento de lo deseado pero el Sporting de Gijón volvió a sumar de tres por segunda jornada consecutiva. Triunfo clave para los rojiblancos ante un Cartagena que generó peligro sobre la portería de Yáñez en el tiempo de descuento. El primer gol como local de Mario González sirvió para amarrar los puntos y dejar a los rojiblancos en medio de la pomada. 

Con un planteamiento atrevido, cerrando con tres y una apariencia similar a la de Anduva. El balón, derretido por el calor que apretaba en El Molinón, era de control rojiblanco. Mucho movimiento pero poco hueco. El Cartagena se parapetaba contra su portería y taponaba los intentos rojiblancos con un Gaspar que activaba el modo bailón. El '7' volvía a disfrutar de libertad y aparecía por todo el frente del ataque. Suya fue la pelota que terminó en el primer disparo a portería. En un córner la centró el gijonés y Mario González conectó con la cabeza. Mansa a las manos de Lizoain. 

El Sporting controlaba el balón pero le costaba hacerse hueco en líneas cartageneras. Lo más peligroso resultaba la movilidad de Cote y de Gaspar. Pero los centros no encontraban cabezas amigas. El Cartagena, mientras tanto, se dejó ver por la portería de Yáñez de forma fugaz. La rumba estaba en el otro área. Con un equipo rival prácticamente colgado del área, el cántaro tenía que quebrar. Y el pistolero dijo "yo". 

La ubicó con veneno Nacho Martín buscando el segundo palo. Irrumpió la cabeza de un delantero que parece otro. Mario González remató y, con la inestimable ayuda de Lizoaín, inauguró su cuenta en El Molinón. Cabezazo para meterse de lleno a la grada en el bolsillo después de volver a desenfundar sus dedos en la celebración. Una alegría para romper la coraza de un Cartagena que no dio atisbo de asustar en la primera parte. Con el susto en el cuerpo se marcharon los cartageneros después de que Gaspar sacara astillas del palo con un gran disparo. Lizoaín también colaboró, ahora para bien. Lástima camino del vestuario. 

Salió el Cartagena dando un paso al frente. Pero el primer aviso volvió a ser del Sporting. Y, otra vez, el palo se interpuso entre la felicidad mayor. Nacho Méndez fue el encargado de volver a conectar con la cabeza de Mario. Gran remate del burgalés que se volvió a encontrar con la madera. El guante de Lizoain también tuvo que ver. Por una cosa o por otra, el Sporting no abría hueco. Y el Cartagena lo aprovechó para dar un paso firme y atosigar por tramos la portería de Yáñez. Sin ocasiones peligrosas pero eso encendía el 'run-run' en Gijón. 

No pudo apagarlo Djuka. Tuvo dos ocasiones claras el balcánico. Mejor la segunda que la primera. Desde la izquierda la colgó Cote y metió la puntera para obligar, otra vez, a Lizoaín. Era el intento rojiblanco de no sufrir. Pero parecía que estaba para ello. El Sporting se convertía en un flan a nivel defensivo, desajustado por momentos y nervioso por otros. 

Quiso meter corazón y alma Miguel Ángel Ramírez con la entrada de Roque Mesa y, sobre todo, Gio Zarfino. Una de las ovaciones de la temporada se la llevó el guerrero uruguayo en su vuelta más de 400 días después. El esfuerzo tuvo recompensa. Y casi la tiene completa en los dos primeros balones que tocó, con un cabezazo que atrapó sin problema el meta visitante. Pero seguía sin atajar el sufrimiento el Sporting. Diego Sánchez salvaba en boca de gol el empate cortando un pase de la muerte que ya se celebraba en Cartagonova. 

Se acababa y el campo se desniveló. El Molinón apretaba silbando el bombardeo sobre el área rojiblanco. Defendía con uno más el Sporting espoleado por los suyos. Todos la vieron dentro. El remate de Fontán de cabeza se vio dentro en muchas esquinas de El Molinón. Afortunadamente, el cabezazo se escapó cerca de la portería de Yáñez. Tuvo que intervenir el catalán en la siguiente para amarrar los puntos. El Sporting se aferró a sus esperanzas con todo el sufrimiento del mundo.