La Crónica: El Sporting se lleva el derbi asturiano más entretenido

El Sporting de Gijón se guardó en el bolsillo un derbi para recordar en clave rojiblanca. También, de cara a fuera. Desde 1969 no se veían cuatro goles en un duelo regional. Los mismos que se vieron este sábado en un partido de emociones fuertes. El Real Oviedo dominó el control, el Sporting las áreas. La polémica no esquivó otra cita regional en la que El Molinón terminó en estado de fiesta. Una victoria que refuerza a unos y una derrota que enciende alarmas en otros. 

Antes de que la piel recuperara su tono habitual tras su paso por el estado de gallina, Otero se relamió. Quince segundos sirvieron para que el colombiano pescara en la pereza inicial del Oviedo para acabar con un disparo que se marchó a la derecha de Escandell. La carta de presentación del Sporting ya estaba. La del Oviedo, y la del árbitro, también. A los dos minutos, Colombatto ya soportaba una tarjeta sobre sus hombros por una entrada sobre Guille Rosas. El listón estaba fijado. 

El inicio fulgurante rojiblanco se esfumó y el Oviedo tomó las riendas. Es fácil llevar las riendas cuando el que guía el juego es Santi Cazorla. El de Lugo de Llanera movía el derbi a su antojo y se dejaba asomar por las inmediaciones del área de Yáñez. Jugadas que no acababan en acciones del meta catalán pero que animaban a los de Calleja. Ilyas Chaira también buscaba las cosquillas de Cote por el lado diestro, mientras que Alemao le sacaba la amarilla a Curbelo. 

Un derbi es un derbi. Y no hay duelo regional sin polémica. Cabalgó el Sporting con libertad con su frente de ataque para pillar al Oviedo con las defensas bajas. Dubasin inició el camino para encontrar a Gaspar dentro del área. Entre Costas y Lucas derribaron al gijonés a las puertas del área. El colegiado señaló la acción y el VAR corroboró. La falta parece clara aunque el lugar de la acción sí que deja dudas. Para disiparlas, Juan Otero tomó la determinación y batió a Escandell desde los once metros. 

El Oviedo, pese al golpe, seguía estando mejor. Pero no llegaba con claridad. Solo las jugadas de Cazorla eran chispa. Un centro del capitán lo remató Chaira y una nube de piernas pudo mandarlo para dentro. Pero la fortuna estaba del lado rojiblanco. Volvió a salir con velocidad el Sporting por la banda derecha con un Guille Rosas sin correa. Al segundo centro, el balón le cayó a Cote. Con el alma, con el brazalete. Ayer cumplía 35 y se quiso regalar lo más grande. Le pegó con la zurda para enviarla al fondo de la red. El Molinón y el delirio en un partido de mucha tarjeta y acierto local ante la desidia visitante. 

Subió las temperaturas al comienzo de la segunda parte con la entrada de Hassan. Música de viento para el ex del Sporting en su regreso a El Molinón. Con la presión se creció el Oviedo. Y lo hizo Alemao. Bailó sobre la línea de fondo para encontrar a Ilyas Chaira que firmó su segundo gol en su segundo partido con el Oviedo. Había derbi, el más intenso de los últimos recuerdos. 

Movieron piezas Calleja y Albés con Seoane y Gelabert llamados a escena. El Oviedo seguía dominando pero no eran ocasiones claras sobre la meta de Yáñez. El Sporting lo fiaba todo a su fiabilidad defensiva y a correr. Y corriendo apareció el hombre con más gol de la plantilla del equipo de Albés. Llevaba segundos sobre el terreno de juego, suficientes para que Víctor Campuzano armara el quilombo. Dejó por el camino a un David Costas adolecido de ritmo, se hizo el hueco y la puso en la escuadra. Chispazo monumental del Sporting para ahogar las ganas de remontada azules. Los de Calleja, al revés que en el resto de partido, dejaba mejores sensaciones que resultados. 

Pudo ahondar en la herida el Sporting por medio de Queipo y Gelabert. La tuvieron más claras los rojiblancos, sobre todo para un Queipo al que Dani Calvo evitó situar como el autor del cuarto gol. Se dio paso a la gozada rojiblanco. Olés, una ola y un himno a capela que cerró el derbi más feliz en clave rojiblanca en mucho tiempo. El Oviedo, tocado.