La Crónica: El Sporting se queda frío en Burgos

El Sporting más fallón en mucho tiempo se volvió de vacío de Burgos. No hizo méritos el equipo de Ramírez para cargar puntos en su autobús de vuelta a casa. Víctima de sus propios errores, los rojiblancos concedieron un gol con un grave fallo de Christian Joel que lastró un partido igualado hasta la fecha. El Burgos perdonó y se empeñó en mantener con vida al Sporting. Nada. Los rojiblancos no tenían capacidad de reanimación. Se marcharon de vacío 

Con muchas novedades, hasta cinco, se plantó el Sporting en El Plantío. Sistema novedoso para un Miguel Ángel Ramírez que ya venía amenazando con el cambio de dibujo para los suyos. Una nueva hoja de ruta que le sentó bien a los rojiblancos. Salieron bravos los asturianos al frío de Burgos con ganas de meter más calor a los dos mil seguidores visitantes. Con una buena presión, el nuevo sistema dotó al Sporting de dotes de carterista. Birlaba balones sin parar el equipo de Ramírez y empezó a asomarse con un centro potente de Guille Rosas que no encontró remate. 

El Burgos despertó su presión para complicar la salida del Sporting que no temió a los atacantes de Bolo. Volvía el equipo rojiblanco a generar, con unos carrileros muy atrevidos. Guille Rosas pisó campo rival y se sacó de la manga un pase espléndido para Villalba. El valenciano no pudo dirigir disparo entre palos. Pero era un buen Sporting. Los locales también querían dejar su sello. El Burgos aprovechó una pérdida de Nacho Méndez, que le marcó con la tarjeta, para transitar rápido y acabar con un disparo duro de Sancris. 

El mal del Sporting volvió a aparecer. Otra vez los errores individuales fueron excesivamente crueles con el equipo de Ramírez. Nacho Méndez se desentendió de una acción defensiva para no caer en falta. Hubiera sido mejor. Dani Ojeda buscó un centro que se paseó por el interior del área pequeña. Como si estuviera anclado a la línea de su portería, Christian Joel gateó de forma paralela al balón sin poder llegar a él. Una jugada extraña que terminó con Róber Pier marcando en casa propia para evitar la llegada de Fer Niño. Una serie de catastróficas desdichas en el área del Sporting. Otro volumen. 

El gol fue un jarro de agua helada para el Sporting que empezó a temblar de piernas. El Burgos intentó asestar otro golpe pero se encontró reflejos rojiblancos. No así reacción asturiana que se desconectó en el ataque. Gaspar tuvo el único disparo de la primera parte en una conducción personal a la que llegó tieso de cabeza. Un cambio era necesario para la segunda parte. 

Imagen

 
Y fueron dos cambios. Mario González y Jonathan Varane se quedaron en el calor del vestuario para dar paso a Otero y a Roque. Hombres por hombres. Nada cambiaba en el plan de partido. Y el Sporting seguía tambaleándose. Más todavía cuando Fer Niño se colaba en el interior del área y hacía aullar el palo de Christian Joel. No tenía dosis de reacción el equipo rojiblanco y desde el banquillo no se viraba el plan. Ni siquiera cuando el Burgos seguía hurgando en la fragilidad defensiva del Sporting. Curro obligó a realizar, ahora sí, una buena parada a Christian. 

El partido se consumía y Ramírez cambió el plan a falta de quince minutos para volver a un esquema más original. Le saltó por los aires con otro mano a mano que el Burgos perdonó. Sin nada en ataque, los de Bolo empezaron a dibujar la primera parte del refrán "el que perdona...". Y perdonó de todos los colores. La más evidente, Joni Montiel que mandó a las nubes un penalti que él mismo sufrió de Cote. Había vida. 

Pero el Sporting no tenía ganas de reanimarse. No terminó volcado sobre el área de Caro y la sensación final es de frío. Por el ambiente, por el resultado y por las sensaciones. Honor a los desplazados, como siempre. Sobre el campo, poco o nada.