La Crónica: El Sporting vuelve a perdonar y vuelve a pagarlo

Empató el Sporting ante el Leganés en un partido muy disputado en el que volvió a pecar de falta de colmillo en los minutos decisivos. También de puntería. El VAR ayudó a que el cuadro de Abelardo pudiera ponerse por delante en el marcador tras el primer gol de Pardo. Campuzano y Cristo volvieron a ver puerta y remontaron un partido que parecía ponerse de cara por la cantidad de ocasiones de las que dispuso el equipo rojiblanco. Perdonó y lo pagó en el gol de Arnaiz. Un punto que tiene doble lectura. En la mala está que el Sporting lleva cinco jornadas sin ganar.  

Con Marcos Trabanco ejerciendo como lateral diestro ante la ausencia de alternativas, el Sporting salió con buen ritmo ante el Leganés. Empezó muy intenso el equipo de Abelardo cargando mucho juego precisamente por la banda del capitán del filial. Por ahí llegó la primera ocasión rojiblanca. Encontró bien Marcos a Juan Otero que se la cedió a Campuzano. El disparo se fue a las manos de Riesgo. Pero era un buen inicio. 

Sin embargo, la intensidad rojiblanca no sirvió para que el Sporting fuera el primero en golpear. El primer aviso del Leganés fue por medio de Dani Raba. El cántabro fue un dolor de muelas para la zaga rojiblanca por su movilidad entre líneas. Desde la derecha empezó una arrancada que terminó en el interior del área con un disparo que atajó fácil Mariño. En la siguiente, no sería tan poco fiero. Pecó de juventud Trabanco y perdió el balón de vista en presencia de Arnaiz. Cuando se vió sobrepasado, tuvo que derribarlo. En la falta, Rubén Pardo la puso con veneno, Campuzano ejerció como pie inocente y la mandó para dentro de la meta de Mariño. 

Sin acusar el golpe, la reacción fue grandiosa. En la siguiente jugada, Cristo y Campuzano se volvieron a entender a las mil maravillas. El canario condujo y Campuzano, con la colaboración de Riesgo después de un rechace, empató el partido. Tuvo que aparecer el VAR para contradecir al colegiado, que señaló en primera instancia una mano del catalán que no pudo sostener con ninguna imagen firme. Se acostumbró a visitar el monitor del VAR Trujillo Suárez. 

Lo haría unos minutos más tarde cuando nadie lo esperaba. En un córner a favor del Sporting, la zaga del Leganés despejó el balón. A priori, todo legal. A ojos del VAR, penalti de Rubén Pardo por mano que tuvo que volver a corroborar Ocón Arraiz. Tras minutos de cabreo pepinero, el colegiado decretó el penalti que Cristo se encargó de materializar. Ventaja de un buen Sporting ante un Leganés cabreado. 

Tras el descanso, tuvo el tercero el Sporting en el primer abrir de ojos. Otero le brindó un balón de oro a Campuzano que no pudo definir en el mano a mano ante un seguro Riesgo. También probó fortuna desde lejos Trabanco, pero sin puntería que complementara su buena fe. Empezó a perdonar el Sporting ocasiones claras. Otra, y ya es algo tristemente habitual, la falló Djuka. Pase de la muerte de Cristo que el montenegrino no pudo finalizar con acierto. Y el que perdona, lo paga. 

El Leganés, de nuevo de la mano de Dani Raba, comenzó a crear problemas. En la banda zurda, el cántabro le fabricó un traje a medida a Marcos Trabanco. Con el lateral por los suelos, levantó la cabeza y se la puso a José Arnaiz para que este pusiera el empate sin que Mariño ni Cote pudieran sacar el balón. Volvía a empatar el Leganés en un partido muy intenso que podía caer por cualquier lado. Abelardo, sin grandes opciones en el banquillo, volvió a dejar vivo a un rival con tiempo por delante y lo terminó pagando. No pudo completar su asedio el Sporting con el gol de la victoria. Punto que sabe a poco una semana más.