La crónica: Este sí es el Real Oviedo de Cervera

El Real Oviedo apostó por introducir más talento en Butarque, pero aunque se consiguió crear más fluidez en la zona de tres cuartos, a los asturianos les costó generar ocasiones. Los azules no consiguieron encarrilar buenas secuencias de pases y el encuentro, por momentos soporífero, quedó para decidirse por detalles. Entre ellos, el balón parado cobró especial protagonismo.

Así llegó la primera ocasión del Leganés en el minuto 7 Sergio González casi marca en una falta tras un desajuste defensivo. Poco después, Miramón remataba dentro del área y el esférico se marchaba a saque de esquina. Los azules, trataron de reaccionar y comenzaron a tener algunas aproximaciones, pero sin inquietar la portería de Riesgo. De hecho, los momentos de más tensión eran más fruto de las temeridades del cuadro madrileño para la bola jugada, que por la creatividad carbayona.

No obstante, eso no impidió a los azules celebrar el primero. Eso sí, solo por tres segundos. Borja Sánchez filtró un buen pase al desmarque de Bastón y este definió a la perfección. Un fuera de juego milimétrico, pero bien señalado, impidió perpetuar la alegría. Poco después, Borja Sánchez se pasó de generoso al optar por el pase de la muerte cuando tenía todo a favor para rematar dentro del área pequeña.

Al tiempo de asueto se llegó con una buena parada de Braat que salvó el primero y un remate al palo tras una jugada de estrategia que estuvo a punto de dar un disgusto a los de Cervera. En la segunda mitad, el guion fue similar. La primera de los azules llegó a balón parado tras un buen saque de esquina que colgó Montoro y, después de un rechace, a Borja Sánchez se le fue alto el remate. 

En el minuto 70, llegó la más clara de todo el partido. Borja Bastón estuvo a punto de marcar en boca del gol, pero el defensa interceptó el cuero y el rechace de Viti se escapó a saque de esquina. Poco después, el extremo se revolvió dentro del área para tratar de resolver en boca de gol sin éxito.

Fue a falta de 15 minutos del final cuando Lucas puso un centro mágico para que Luismi entrara completamente solo y enviara con la cabeza el balón al fondo de la red.  A partir de ahí, el Oviedo se sintió muy cómodo en ese tipo de partidos en los que pasan pocas cosas. El Leganés no volvió a inquietar la portería de Braat y los azules consiguen tres puntos que les aleja de las posiciones de descalabro.