La Crónica: Mazazo para el Oviedo en Anduva 

La primera derrota de la era Paunovic llegó en el peor momento y de una forma, seguramente, demasiado cruel. El Real Oviedo fue inferior en el infierno de Anduva ante un Mirandés al que todo le fue viento en popa desde su gol en el minuto 2. Resistieron como pudieron los de Paunovic hasta que les llegó su momento, pero Colombatto falló un penalti a falta de cinco minutos para el final que dejó a todos tocados. Duro varapalo para el cuadro carbayón que, aún así, aún le resta una última bala. Si gana en el Carlos Tartiere, los azules estarán en Primera. Cualquiera lo hubiera firmado hace nueve meses cuando empezó el curso. 

La previa del encuentro arrancó movida. Ambiente de gala con más de 1.000 oviedistas presentes en Miranda, pero con la mala noticia de la baja de última hora de Santi Cazorla por unas molestias. Además Paunovic sorprendió con el once, alineando por primera vez el esquema con tres centrales de inicio, con la novedad de Oier Luengo. Y la cosa no pudo empezar peor para los intereses azules.

Entre obligaciones y sueños, parece que fueron los locales los que entendieron mejor lo que se estaban jugando. Y solo necesitaron dos minutos para ponerse por delante en la eliminatoria. En un desajuste defensivo del Oviedo, Iker Benito la colgó desde el segundo palo y Alberto Reina cabeceó para dentro. A punto estuvo Escandell de salvarla, pero el meta valenciano no tuvo su mejor acción y acabó introduciéndose aún más el balón en la portería. 1-0 a los dos minutos. Peor inicio, imposible. 

Apretaba Anduva, pero el Oviedo consiguió no venirse muy abajo y resistir. Los de Paunovic eran dueños de la pelota, pero de poco sirve tenerla si no sabes qué hacer con ella. Balones entre Escandell y la zaga y un Mirandés que estaba muy cómodo sobre el césped. De hecho, los jabatos incluso tuvieron el segundo en una acción aislada. Tras un error de Sibo, Escandell tuvo que repeler un potente disparo de Reina. 

Seguía el partido Cazorla desde las diminutas cabinas de Anduva, sufriendo como uno más y como los 400 oviedistas en ese fondo, ansiando una reacción del Oviedo. No se esperaba un partido bonito y no lo fue, con constantes duelos en los que los visitantes conseguían imponerse. Solo hubo un par de tímidos avisos de los visitantes antes del descanso, a través de Hassan, que era el que más empeño ponía. Hacía falta un cambio radical de imagen al descanso y esta vez no estaba el capitán general para llevarlo a cabo. 

Sin cambios arrancó el segundo tiempo, ni en lo futbolístico ni desde el banquillo, y el primer acercamiento del Oviedo llegó con un suave remate de Rahim a la hora de juego. Parecía más atenazado el Mirandés, pero, de la nada, Izeta se sacó de la manga un duro golpeo que solo una mano milagrosa de Escandell evitó el segundo. Una parada salvadora que puede dar mucho que hablar dentro de seis días. Esa acción dio alas al Mirandés y a un Anduva que se lo seguía creyendo. 

Paunovic comenzó a agitar el banquillo con la entrada de Fede Viñas y Cardero y el canterano estuvo muy cerca de poner la igualada con un testarazo que se fue rozando el poste. Todo pudo cambiar poco después, con un agarrón dentro del área de Hugo Rincón en el que Galech Apezteguía, tras revisión de VAR, señaló penalti. Había llegado el momento que esperaba el Oviedo desde el inicio y Colombatto asumió la responsabilidad, pero el disparo centrado al argentino lo logró detener Raúl Fernández con los pies. 

Jarro de agua fría para los carbayones, que habían tenido el empate. A base de empeño siguió habiendo acercamientos, pero sin ocasiones realmente peligrosas, más allá de meros acercamientos. Todo se decidirá en la vuelta: si el Oviedo gana en el Carlos Tartiere, los azules estarán en Primera División. Al igual que al inicio, cualquiera lo hubiese firmado cuando comenzó la temporada.