La Crónica: Un nuevo error vuelve a castigar en exceso a un Sporting bravo

El ruido arbitral venía fuerte y Cartagonova lo amplificó. El error del VAR ante el Alavés lo acompaña una nueva acción por parte del colectivo que lastró al Sporting de Gijón. Gorostegui Fernández castigó con rotundidad a Varane y el Sporting fue incapaz de igualar fuerzas con uno menos. Lo tuvo en su mano con varias llegadas pero las piernas pesaban más de lo debido. Se dejó la racha el equipo rojiblanco en Cartagonova y se trae consigo un cabreo de tres pares de narices. 

Con la misma formación que dio la cara ante el Alavés, el Sporting afrontaba una nueva batalla en Cartagonova. En un partido bien planteado, los rojiblancos se quedaron con uno menos en el minuto 18 tras la expulsión de Jonathan Varane en una jugada con dos errores. El primero de Gorostegui Fernández. El segundo de Varane. No supo medir su frustración el francés ante una tarjeta inmerecida. Se equivocó y pagó. Lo pagó el Sporting que acusó la inferioridad durante todo el partido. 

El golpe no vino solo. Ramírez optó por esperar para enderezar la situación y el Cartagena no mostró piedad. Los hombres de Carrión golpearon a los rojiblancos antes del descanso con dos directos al mentón. Primero fue Jairo quien encontró el hueco para servir a Poveda. El delantero controló y remachó a placer en el interior del área ante el error de Guille y Cali en la comunicación. También faltó algo en el segundo gol. Contundencia no mostró el Sporting ante Ortuño. El ex azul empaló un balón que rozó en un rojiblanco para despistar a Cuéllar. 

Lejos de perder la fe, los rojiblancos creyeron en puntuar. Lo demostró Cali aprovechando el curioso engranaje defensivo del Cartagena a balón parado. El argentino consiguió finalizar una jugada a balón parado pero entró antes de tiempo al remate y el asistente le cazó. Más avispado estaría Pablo Insua minutos después para colarse y rematar, en posición legal, un buen centro de Cote antes del descanso. 

Había vida y Ramírez optó por reforzar el centro del campo con la entrada de Marsà. Una apuesta que renegó del ataque en primera instancia con la salida de Jeraldino pero que permitió al Sporting ir ganando en consistencia y en capacidad de peligro. El Cartagena sobaba la pelota pero sin caer en peligro en el entorno de Cuéllar. 

Las más claras de la segunda parte serían rojiblancas. La que más fue de Otero. Cote hizo de las suyas en el perfil zurdo y propuso un centro duro que el colombiano mandó al larguero de espaldas a portería. Un golpe que todavía resuena en la cabeza de los aficionados del Sporting. Porque después el Cartagena se encargó de que no se jugara más. Entre eso y las decisiones de Gorostegui Fernández, el Sporting dio contra un muro. Pero volvió a demostrar corazón y orgullo, cualidades olvidadas durante el transcurso de la temporada.