La Crónica: Un Sporting de bella factura divierte a El Molinón

Un Sporting de museo. Los rojiblancos se impusieron al Mirandés con tres goles en poco más de 10 minutos que pusieron el partido de cara. Fue una primera parte sin peros para el equipo asturiano que ofreció una de las mejores imágenes desde que Miguel Ángel Ramírez es entrenador del conjunto gijonés. Golazos de Otero, de falta, Djuka y Gaspar para encender a un Molinón muy metido con los suyos. Tras el descanso, más relajación y la sensación de trabajo hecho.  

El inicio fue fulgurante del Sporting en casa. La primera rojiblanca, con las señas de identidad que busca Ramírez. Pelea incansable de Nacho Méndez, que se la puso a Pablo García. Aterrizó el gijonés en la línea de fondo y la puso al corazón del área pequeña. Por ahí pululaba Juan Otero. El colombiano se encontró con el pecho de Luis López para evitar el premio de un inicio fulgurante del Sporting. Tampoco atinó Djuka en el mano a mano después de haberle birlado la cartera a la defensa jabata. Falló en la definición pero era un comienzo prometedor sin acierto. 

El Mirandés buscó estirarse con una llegada de un eléctrico Gabri Martínez, que centró directamente a los guantes de Rubén Yáñez. Pero el dominio era muy rojiblanco. Hassan empezó a desempolvar el repertorio de trucos. Combinó bien el francés con Nacho Méndez, dejó a su par por los suelos y el disparo lo interceptó un jabato. El Molinón estaba en efervescencia en los primeros minutos de juego. Pudo generar el clímax Gaspar Campos con un disparo lejano pero Luis López tenía activado el modo 'aguafiestas'. 

Bajó el ritmo el Sporting, era demasiado alto. Aprovecharon los de Lisci para merodear el área del Sporting. Cargó el fusil Álvaro Sanz y un toque en un defensa estuvo cerca de complicarle la faena a Yáñez. Fue un impás antes del cúlmen. Djuka se creó una falta en la frontal del área con una pelea de las suyas. El disparo, en una posición bonita, lo hizo precioso Juan Otero. Disparo perfecto del colombiano para superar la barrera y provocar el seísmo en El Molinón. No sería el único de la primera parte. Djuka se guardaba otra bala aún más bonita. También Gaspar. 

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Se equivocó la defensa del Mirandés y Otero le cedió el balón con la cabeza al montenegrino. Sin pensar. Como mejor suele actuar. Controló con el pecho y, sin dejarla caer, la colocó en la escuadra del Mirandés. La segunda vez que el portero de Anduva veía pasar el balón por esa zona. Y no hay dos sin tres. Pascanu, instalado en el lateral, arrancó el desborde y se la puso a Gaspar algo escorado. No le importó al gijonés que se 'reestrenó' en El Molinón con un disparo cruzado que entró tras reventar la cruceta contraria. Se frotaban los ojos en Gijón en la mejor primera parte de la 'era Ramírez'. Y con holgura. 

La segunda parte no empezó con tanta dosis de locura para el sportinguismo. Se animaron Pablo García y Gaspar por la banda. Recibió el '7' y tuvo ganas de bailar otra vez. Sentó a su pareja y fusiló a Luis López que, ahora sí, fue capaz de responder bien. Entró al partido Fran Villalba, más entre pitos que entre aplausos, con un ritmo instaurado más bajo en el césped y con el Mirandés buscando el honor perdido. Ilyas fue el más insistente. Pero enfrente irrumpió un seguro Yáñez. Hay portero. 

Con los deberes hechos, el Sporting bajó un pistón y el Mirandés siguió buscando la honra. Pero Yáñez estaba empeñado en que no fuera así. Recital de manos espectaculares del meta catalán, 'olés' en la grada y una victoria que se quedó en Gijón. La mejor carta de presentación posible para disipar las dudas.