La Crónica: Una fiesta de fútbol sin final feliz para el Sporting

El espectador medio disfrutó de lo lindo en El Molinón. Le tocó sufrir más a los aficionados del Sporting de Gijón tras el empate ante el Albacete. Un partido entretenido en el que rojiblancos y manchegos se fueron intercambiando golpes hasta llegar a la igualada final. Campuzano adelantó al Sporting, pero el equipo de Rubén Albés le dio la vuelta. Una obra de arte de Cristo dio alas a los rojiblancos que creyeron en la remontada, aunque no pudo ser. Punto que sabe a poco y que debe ser bueno en Málaga. 

Con Luis Enrique en el palco, Gragera, Jony, Cali y Aitor en la grada y Cristo en el banquillo, empezó el partido un Sporting con susto. En la primera jugada ofensiva del Albacete, el larguero rechazó un cabezazo de Glauder aunque estaría invalidado por fuera de juego. Un inicio frenético al que supo responder el equipo de Abelardo. Por la banda derecha, empezaron las diabluras de Juan Otero. El colombiano sacó un envío al área al que no llegó Djuka. Sí lo hizo en el intento de despeje el capitán manchego Maestre. El balón se estrelló en el palo. Empate a maderas. 

El inicio estaba disfrutón y el Sporting se gustó en el primer gol. Después de un córner en contra, Mariño atrapó el balón en altura. Ajeno al debate en torno a su figura, el portero centró su mirada en una carrera imparable. Otero lanzó el desmarque y recibió un balón inmaculado del portero. El control lo hizo mejor. Al igual que la continuación de la jugada. Por la derecha emergió Djuka que, sin pensarlo, brindó el balón a Campuzano. El catalán remató una jugada de bella factura que adelantó al conjunto rojiblanco. 

Sin embargo, la respuesta del Albacete tampoco estuvo mal en cuanto a belleza. Maestre lanzó en largo en busca de la carrera de Dubasin. El delantero manchego aprovechó dos despistes. El de Cote a la hora de romper la juego y el de Bamba, renqueante por unas molestias físicas, en la marca. Ante Mariño, no le tembló el pulso para empatar el partido con una vaselina perfecta. Nada pudo hacer Mariño. 

No le sentó mal al Sporting el empate. Reaccionó bien el equipo de Abelardo al gol, pero sin acierto final. Tuvo mucha fe Zarfino para meter la puntera en un revuelo en el interior del área que fue taponado por la defensa. La intentona de Rubén Martínez la evitó Mariño con una parada extraña pero efectiva. A la contra de esa acción, Juan Otero se recorrió medio campo saboreando el gol. Pero no pudo. Se lo negó Altube en el mano a mano. Una primera parte frenética que dejó víctimas. 

Axel Bamba no regresó del túnel de vestuarios. De nuevo, la oportunidad para Jordi Pola. Y más oportunidades para Djuka que volvió a errar. Dos veces se plantó el montenegrino ante Altube pero con la pólvora empapada. La primera la cruzó en exceso. La segunda la taponó Álvaro Rodríguez antes de que el balón llegara a portería. Fue el defensa del Albacete quien se aprovechó de una siesta inexplicable de la defensa rojiblanca. Sin oposición, se paseó por detrás de la defensa del Sporting y batió a Mariño con un disparo cruzado. Duro mazazo. 

Entró en el partido Jordan Carrillo, con buen pie en lo que prácticamente era su estreno con el Sporting. Pero el partido estaba un par de marchas por debajo del ritmo que requería el equipo rojiblanco para remontar. El Alba estaba cómodo y llegaba incluso. Manu Fuster tuvo opción de matar el choque pero su disparo se fue cerca de la escuadra. Hizo Abelardo una sustitución de Uros. Dentro Milo, fuera Djuka, que volvió a tener una tarde para olvidar. El '21', en su primera opción ofensiva, se encontró con el larguero después de un buen cabezazo. 

El día estaba de obras de artes. La volvió a fabricar Cristo con la calidad que le hace brillar. No sabe marcar goles feos. Sacó la paleta para pintar un lienzo en forma de gol. La puso en la escuadra, donde quiso. Un tanto que enloqueció a El Molinón y le hizo creer en la remontada. Tuvo una clara Zarfino con la cabeza, pero Altube la sacó sobre la línea. Se acabó un partido muy divertido sin que el Sporting pudiera llevárselo. Lo intentó el equipo de Abelardo pero la gasolina volvió a escasear en la recta final.