La crónica: Una genialidad de Álex Cardero salva los muebles al Oviedo

Ya conocen el dicho: “si no puedes ganar, empata”. Y eso hizo el Real Oviedo ante el Villarreal B. El conjunto azul cuajó un mal partido en líneas generales, fue inferior al filial amarillo y pecó de impreciso en la mayoría de acciones. Solo una individualidad podía cambiar el panorama, y ahí emergió una figura de El Requexón. Álex Cardero se sacó un zapatazo de la manga para darle un punto a los suyos que les deja a tres puntos del playoff. 

Luis Carrión dio continuidad al once de las últimas semanas, con la única novedad de Viti como lateral derecho ante la baja de Lucas Ahijado por lesión. El encuentro comenzó disputado, aunque el primer golpe lo pegó el filial amarillo. En el minuto 8, Carlo Adriano condujo sin oposición hasta la zona de tres cuartos y le cedió un gran pase filtrado a Álex Forés que disparó entre las piernas de Leo Román para poner el 1-0 en el electrónico. 

El Villarreal B estaba mucho más cómodo sobre el terreno de juego, con más intensidad y ganando la mayoría de los duelos. Ontiveros estaba muy activo por su banda y puso en aprietos a Leo Román con un buen lanzamiento de falta que obligó a intervenir al guardameta. Y mientras, el Oviedo seguía irreconocible e impreciso. Con el paso de los minutos los de Carrión dieron un paso adelante y Masca la tuvo de cabeza tras una buena acción por la banda izquierda, pero su remate se fue por encima de la meta de Iker Álvarez. 

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Y no fue la única, ya que cada vez que conseguían avanzar líneas ponían en aprietos a la zaga local, aunque sin materializar esas ocasiones. Justo antes del descanso, Masca encontró espacios por la banda derecha, la puso al segundo palo y el meta andorrano tuvo que salir para despejar. El rechace cayó en los pies de Seoane, que disparó por encima de la portería. No se lo creía el madrileño, que la había tenido clara para poner las tablas. 

Tras el paso por los vestuarios, como en las últimas semanas, el Oviedo dio un paso al frente. Los laterales empezaron a jugar más adelantados y a través de Bretones llegaron las primeras internadas. En una de ellas, el langreano colgó un buen balón al área y Masca se anticipó al primer palo. El portugués la dirigió hacia el segundo palo, pero el balón no encontró portería. 

Replicó el submarino amarillo, que se aprovechó de un grave error de Abel Bretones para que Rodrigo Alonso se quedase solo ante Leo Román, aunque en esta ocasión el balear se hizo grande y consiguió evitar el segundo. Y poco después tuvo que volver a intervenir tras una buena acción individual de Ontiveros. 

El partido se volvió loco, con constantes idas y venidas para los dos bandos. Carrión introdució varios cambios en busca del gol y Alemao y Sesé saltaron al césped de La Cerámica. Los azules disfrutaron de numerosas situaciones de peligro, con superioridad de futbolistas y mucho espacio. El problema que condenó a los azules era su escasa precisión en la mayoría de acciones. Casi ningún centro encontró rematador y cuando conectaban entre sí los atacantes carbayones no fueron capaces de poner en apuros a Iker Álvarez. 

En la recta final el Oviedo no fue capaz de crear ocasiones de peligro. Todo dependía de una genialidad, que llegó gracias a Álex Cardero. El canterano recibió el balón en la frontal del área, se giró y se saco de la manga un gran zapatazo que sirvió para poner las tablas en el electrónico. Los azules buscaron el segundo y en una contra Dani Calvo se fue a la calle tras ver la segunda amarilla, dejando en cuadro a la defensa azul para el próximo partido. En definitiva, un buen punto tras un mal encuentro ante el Villarreal B que deja al Oviedo a tres puntos del playoff de ascenso.