La mala racha del Sporting parece interminable

El bache no se acaba. Lo que se veía como una final en Gijón terminó siendo una prolongación a la agonía. El empate entre Sporting y Fuenlabrada deja a medio camino el superar el socavón o hundirse en él. Mejoró prestaciones el cuadro de Gallego que se adelantó en una buena primera parte, pero el balón parado volvió a actuar para lastrar la actuación rojiblanca. Dos puntos de 24 posibles para un equipo que terminó abroncado por el poco público que se dio cita en una tarde marcada por el frío, por la lluvia y por el viento. 

Buscó salir del letargo el Sporting con la ansiada recuperación de Aitor García y el regreso de Vasyl Kravets al once. Bajo una constante lluvia que acompañó a los prolegómenos del partido, arrancó la función con un Sporting mandón, algo que el guion preveía. La primera, rojiblanca. Desde el banderín de esquina, la puso directa Kravets con mentalidad olímpica. Su envío envenenado se estrelló contra el primer palo. Le dio fuerzas esta primera llegada al Sporting, que comenzó a hacerse con el mando del balón de manera autoritaria. Permanecía bien parapetado el Fuenlabrada atrás, cuya mala dinámica poco tenía que envidiar a la rojiblanca. 

La entrada de Aitor García revitalizó al Sporting en el ataque. El onubense se mostró activo y móvil, algo que hacía semanas que no se veía en los atacantes rojiblancos. Esa energía fue contagiosa para el resto, con Pedro Díaz y Villalba a los mandos de la batuta. Fue el '8' quien vio al de Gibraleón desmarcarse y le sirvió un regalo navideño anticipado en forma de balón. El esférico, plantado delante de Altube, solo necesitó un sutil toque de Aitor para hacer el primero. Un gol que fue liberación para el Sporting y para David Gallego. 

El frío que se respiraba por la temperatura lo terminó helando una llamada al pinganillo de Hernández Maeso. El colegiado, avisado por Vicandi Garrido, emprendió camino a la pantalla para revisar un posible penalti favorable al Fuenla. Fuera de la lógica, el colegiado interpretó que el aviso no necesitaba revisión. El toque de atención se notó y el Sporting actuó en consecuencia. Cerca estuvo el Puma de estrenar su cuenta goleadora como rojiblanco, pero Altube voló para evitar un gran gol del panameño. También pudo ser de Berto, pero el linier invalidó correctamente el tanto por fuera de juego previo. 

En la vuelta al juego tras el descanso, el equipo de Oltra movió piezas y se animó a visitar la portería de Mariño. En un balón parado, eterno lunar de la defensa de Gallego, el equipo madrileño encontró petróleo. El saque de esquina botado por Alex Mula lo conectó de cabeza Damián para, con permiso de la frágil defensa rojiblanca, colarse en la portería asturiana. El gol detuvo el ritmo del partido, con un dominio desigual que el Sporting no podía recuperar. Tuvo varias intentonas Berto, pero el acierto no estuvo del lado del avilesino. Tampoco lo estuvo la suerte del de Aitor, que se retiró lesionado y abroncado por el árbitro por diversas protestas. 

Agotó cambios Gallego con la entrada de Rivera y Nacho Méndez con el fin de reforzar la medular. O lo que es lo mismo, para acabar el partido ante un equipo en descenso con ningún delantero en el campo. Se relamía el de Luanco con un balón en el interior del área, pero un defensa le impidió ser el héroe. Tampoco el Puma, con otro zaguero azul en mitad del camino a la victoria. Al final, un empate que sabe poco y que no sirve al Sporting para salir del bache. 2 puntos de 24 posibles son una losa muy pesada sobre los hombros de David Gallego.