La Crónica: El Sporting más práctico toma aire

El Sporting de Gijón, al fin, se olvidó del 'cómo' y se centró en el 'qué'. Sin realizar un fútbol brillante, el equipo rojiblanco fue práctico y se quedó con los tres puntos ante un Tenerife que se marchó descontento con la actuación arbitral. Tras una primera parte sin ocasiones rojiblancas y con el equipo de Ramis merodeando con asiduidad la portería de Cuéllar, la salida fue estelar de la mano de un Dani Queipo que representó la reacción rojiblanca en la segunda parte. Victoria sin brillo pero victoria al fin y al cabo que era lo importante. 

El Molinón presentó un ambiente frío, lejos de lo que se jugaba el Sporting, Tampoco ayudó el inicio del equipo. El Tenerife empezó mejor, maniatando la salida rojiblanca y cerca de la portería defendida por Iván Cuéllar. Sin tener ocasiones claras, el equipo de Ramis ponía en alerta al público asturiano. El VAR evitó en la primera parte que los niveles se dispararan. Hasta tres penaltis reclamó el cuadro chicharrero en la primera parte. El primero, en una mala salida de Cuéllar sobre el cuerpo de Enric Gallego podía parecer punible. Del resto nada. 

Sin ocasiones ni juego claro cerró la primera parte el Sporting en un duelo que empezaba a recordar momentos de jornadas pasadas. Hasta el paso por vestuarios. El equipo de Ramírez salió con una marcha más. Esa que le puso Dani Queipo. El canterano empezó a brillar en los primeros compases de la reanudación con una llegada peligrosa. Era el preludio del gol. Combinaron los jugadores con buen pie. Entre Guille Rosas, Pedro Díaz y Queipo cocinaron una jugada que terminó el más joven de los tres con un disparo imposible para Soriano. Alivio y relajación en El Molinón. 

El gol fue anestésico pero el Tenerife se encargaba de reanimar el partido. Dispuso de llegadas muy claras el cuadro canario en la segunda parte. Corredera y especialmente Enric Gallego rozaron el empate de manera muy clara. Pero la suerte estuvo del lado rojiblanco. 

Más estuvo en la última jugada con un disparo de Iván Romero que Cuéllar observó con alivio cuando se estrellaba en el palo. Sufrió pero ganó el Sporting que falta le hacía. Las alarmas suenan más bajo este sábado en Gijón.