La Crónica: La versión mejorada del Sporting como visitante vale un punto

El Sporting de Gijón sumó un nuevo punto tras una matinal de fútbol en Andorra que no quedará en el recuerdo de los aficionados. Un partido trabado, sin muchas ocasiones y con más respeto que vergüenza por parte de ambos equipos. Tuvo ocasiones el equipo de Miguel Ángel Ramírez pero pecó de cabeza fría en los metros finales. Portería a cero y cuarta semana consecutiva sumando. Menos es nada. 

Salió Ramírez fuera de casa con cuatro defensas y con la presencia de Pablo García por posiciones más adelantadas. El lateral, más de extremo en Andorra, fue el encargado de inaugurar el peligro con un gran balón desde la zurda al que Djuka no llegó con acierto al remate. Un inicio con cierta chispa del Sporting que rápido secó el Andorra a través de la posesión y de las llegadas por la banda izquierda, con mucho hueco por taponar. 

Por el perfil diestro, llegó el primer aviso serio del equipo de Eder Sarabia. Álvaro Martín se hizo con hueco dentro del área y obligó a Rubén Yáñez a estirarse para despejar el balón a córner. Buena intervención del portero rojiblanco para frenar la primera intentona del cuadro local. La segunda también fue para Martín, con un disparo más centrado que también atajó el meta catalán. Fue de lo poco rescatable de una primera parte con mucho respeto entre ambos equipos, sin ocasiones claras y una sensación de aburrimiento permanente. 

El paso por vestuarios llegó con fuerza para el Sporting. Un pelotazo en largo lo finalizó Pablo García de forma cruzada. Le faltó calma al canterano, que si llega a levantar la cabeza hubiera encontrado a Fran Villalba en libertad total para el primero. Era un inicio muy similar pero se le intuían más huecos en la zaga defensiva al equipo de Eder Sarabia. El Sporting buscaba aprovecharlos con balones en largo a la espalda de la defensa, pero sin acierto. 

Modificó pronto Ramírez el plan de partido dando entrada a Roque Mesa y a Hassan. El extremo comenzó con sus diabluras, fabricándose en una ocasión un disparo desde el interior del área pequeña que se quedó flojo. La respuesta del Andorra, doble. Lobete se encontró con la pierna de Róber Pier cuando se preparaba para fusilar a Yáñez. El catalán intervenía también con un disparo de Iker Martín, que daba paso a una nueva fase de mucho balón y pocos acercamientos a ninguna de las dos áreas.

El paso de los minutos derivó en un encuentro algo más abierto pero en el que nadie fue capaz de generar una sensación real de peligro. El Sporting se contentó con un empate que le permitió sumar por cuarta semana consecutiva. Una versión mejor como visitante para los de Miguel Ángel Ramírez pero que sigue quedando lejos de una buena versión que se asemeje a la imagen loca. Punto y portería a cero. Menos es nada.