La Crónica: Un Oviedo sin olfato no levanta el vuelo

Partido soso en el Carlos Tartiere que terminó sin goles. El Real Oviedo no pudo doblegar a un Tenerife que ofreció poco para sumar en Asturias. Tampoco ofreció mucho más el cuadro de un Cervera que no buscó gran revolución cuando la segunda parte ya amagaba con un partido sin goles. Al final, un empate que sabe a demasiado poco y que deja al Oviedo pendiente de nuevo de resultados para saber la distancia con la que amanecerá la próxima semana con el abismo. 

Con la piel de gallina en los jugadores y en los espectadores del Carlos Tartiere por un sentido homenaje a Pelayo Novo, arrancó un partido con intensidad y errores a partes iguales. Los primeros fueron del Oviedo que estuvieron a punto de bajar la temperatura del estadio, ya de por sí elevada por lo climatológico. Quentin Braat regaló el balón a los dominios de Corredera que sirvió a Gallego para que este la mandara al palo. El banderín en alto del asistente salvó al francés de una pifia que generó run tun. El portero del Tenerife lo igualaría después. 

Antes ya se había animado el Oviedo con una buena incorporación de Lucas Ahijado. En una zona poco habitual para el lateral derecho, el canterano disparó alto un buen pase filtrado. La segunda fue para Hugo Rama. El gallego se empachó de balón tras un regalo de Soriano y no vio a Manu Vallejo libre de marca. Eran buenos momentos del Oviedo que no tenían premio. 

Rascó el boleto con fuerza Borja Bastón para encontrarlo. El '9' leyó el hueco en el interior del área para rematar al palo corto. Juan Soriano leyó las intenciones y le negó el gol. La falta de acierto no vino sola en el apartado negativo. Jimmy se fue al suelo y en el apoyo dijo adiós al partido. Su brazo apoyó mal contra el césped y Montoro recibió la invitación a entrar a un partido que se encaminó al descanso. Más fallos que acierto en las áreas.

La segunda parte volvió a empezar con más ritmo por el lado de la balanza azul. El equipo de Álvaro Cervera apretaba más sobre el área rival pero el acierto estaba disperso. El Tenerife renunciaba al ataque y dejaba al mando de las operaciones al cuadro carbayón. Sin embargo, las malas decisiones arriba castigaban a los azules. Llegaba con fuerza al área por medio de buenos envíos de Abel Bretones pero sin atino de los de arriba. 

Quemó naves Cervera con la entrada de Borja Sánchez y Sergi Enrich pero el partido había pegado un bajón sensible en cuanto a intensidad. Las llegadas cesaron y el partido se jugaba sin dueño y sin ocasiones. Poco más pasó en la segunda parte. Sin llegadas por parte de ambos, como si Tenerife y Oviedo dieran por bueno el empate. Algo que la clasificación niega pero que ambos conjuntos se encargaron de reflejar sobre el césped. Se cerró el partido con pitos y cierta indiferencia. No hay peor final para un partido.