El Oviedo de Cervera intimida con sus datos en el Tartiere
El conjunto carbayón, con Álvaro Cervera, ha sumado diez de los últimos doce puntos posibles, sin recibir ni un solo gol, en el municipal ovetense
Prácticamente imposible. Así es hacerle un gol al Real Oviedo en el Carlos Tartiere desde que Álvaro Cervera asumió las riendas del equipo. El técnico carbayón dirigió cuatro partidos como local en los que anotó tres goles a favor. Una cifra no demasiado elevada, pero suficiente al no haber encajado ningún tanto, para lograr sumar 10 de los 12 puntos posibles. De hecho, solo Las Palmas que hasta el pasado domingo era líder consiguió puntuar.
La solidez defensiva ha sido clave para que el Real Oviedo haya conseguido alejarse de los puestos de descenso. Y tiene mucho mérito si se tiene en cuenta que con Bolo, el equipo asturiano era el peor local de la categoría. De hecho, cuando fue destituido, encadenaba tres derrotas consecutivas en el Carlos Tartiere.
Este cambio de dinámica también confronta con el actual estilo de juego. El Oviedo consigue más puntos en su estadio en los partidos que menos tiempo tiene el balón. Con Bolo, la posesión rondaba el 50% en la mayoría de los partidos. Por ejemplo, ante el Huesca, se llegó a alcanzar el 60%. Con Cervera, la media está en el 33% y en la única jornada que no consiguió salir victorioso, fue en el encuentro que más tiempo dominó el esférico: hasta un 41% ante Las Palmas.
Mientras, el Sporting, su rival del próximo sábado a las nueve de la noche, solo ha conseguido obtener dos triunfos como visitante. Eso sí, han ganado en Lugo su último partido, pese a estar más de media hora con un jugador menos. No obstante, si solo se tuvieran en cuenta los resultados lejos de El Molinón, los de Abelardo serían décimos, con solo 11 puntos de 30 posibles. Ahora bien, pese a la buena dinámica como local del equipo de Cervera, continúan pesando los resultados de Bolo: el Oviedo sigue siendo el sexto peor local, pese haber ganado tres de los últimos cuatro partidos disputados en el Carlos Tartiere.