Mucho mejor si es en propiedad

No fue una opción en verano. Un mercado después, en enero, hace solo un par de días, era una posibilidad muy remota. “Muy difícil”, decían. Hoy, sin embargo, tras apenas 48 horas, se han terminado ese tipo de calificativos. Todas las partes guardan un absoluto silencio mientras se producen las negociaciones. El fichaje de Jony ya es más probable que improbable.

Todo pasa por los números y las concesiones. Hasta dónde puede llegar el Sporting y hasta qué punto está dispuesto a ceder la Lazio. También Jony pone lo suyo, además de su voluntad para regresar a Gijón. Su llegada, sin duda, elevaría el nivel de la plantilla, así como la moral de una afición deprimida por la imagen de su equipo y, en general, harta con la gestión del cuerpo técnico, la dirección deportiva y el Consejo.

Precisamente por los resultados, la cuestión es si la cesión es una apuesta económica demasiado arriesgada o una ‘hipoteca’ futura. Si el Sporting reaccionase, enganchándose a la lucha por el play off, la llegada de Jony sería más que rentable. Por contra, si es que se confirma el fichaje, su regreso no sería una buena operación si David Gallego no consigue enderezar el rumbo. En ese caso, el club consumiría una partida económica que ya no tendría para la siguiente campaña. Es decir, perdería poder adquisitivo sin un objetivo en juego y Jony volvería a irse el 30 de junio.

En cambio, la incorporación del futbolista asturiano para algo más que seis meses ya es otro tipo de movimiento. Para empezar, no estaría directamente condicionado a los resultados inmediatos. Jony sería uno de los jugadores más importantes de la plantilla en esta segunda vuelta y, sobre todo, un gran argumento para la consecución de las metas más ambiciosas en la temporada 2022-23.

Las ventajas son claras, también las conoce el club. Por eso, de algún modo, el presidente Javier Fernández intenta a estas horas alcanzar un acuerdo para que el fichaje de Jony no vuelva a ser un ida y vuelta.