Once razones para creer
Con cinco victorias en seis partidos en casa bajo la era Paunovic, el Oviedo confía en su fortaleza como local para regresar a Primera
Real Oviedo

Este sábado, el Real Oviedo se juega se juega el sueño de regresar a Primera División. El Carlos Tartiere será el escenario de una nueva final por el ascenso, con una afición entregada y convencida de lograr el objetivo. Aquí van once razones para creer:
1. El Carlos Tartiere es un fortín: Con Paunovic, el Oviedo ha ganado cinco de sus seis partidos en casa. El sexto fue el empate ante el Almería que supuso el pase a la final. En el Tartiere, el equipo se transforma.
2. Paunovic ha cambiado la dinámica: Desde su llegada, el equipo ha mostrado solidez, ambición y madurez competitiva. El técnico ha dado con la tecla en el momento más decisivo de la temporada.
3. La historia juega a favor: Siempre que el Oviedo se jugó la permanencia o el ascenso a Primera en casa, ganó. Celta, Hércules, Mallorca, Las Palmas y Espanyol lo saben bien. El Tartiere nunca falló cuando hubo algo grande en juego.
4. El equipo llega enchufado: El conjunto azul ha superado una semifinal exigente y acumula confianza. El grupo ha crecido desde atrás, pero también ha sabido golpear en los momentos clave.
5. Hay una plantilla amplia y competitiva: Este Oviedo no depende de un solo nombre: tiene recursos y variantes en todas las líneas, y eso ha marcado la diferencia en muchos encuentros a lo largo del curso.
6. El vestuario está más unido que nunca: La fuerza del grupo va más allá del once inicial. Los que juegan y los que no, los que empujan desde dentro y los que esperan su momento, todos reman en la misma dirección. El compromiso colectivo es incuestionable y mucho tiene que ver la mano del entrenador serbio.
7. Hay cinturones negros con experiencia: Más allá del talento, este equipo tiene jerarquía. Dani Calvo, Costas, Colombatto… futbolistas acostumbrados a competir con presión y que saben leer los momentos.
8. Está Santi Cazorla: Como su dorsal, el peso del capitán azul va más allá del juego. Cazorla aporta pausa, visión y liderazgo. Pero también emoción. Su sola presencia pone en aviso a los rivales y conecta al equipo con algo más profundo: con la historia, con la afición y con la fe.
9. La afición nunca falla: El Tartiere volverá a ser una caldera. Esta grada ruge, contagia y convierte cada partido grande en una cita histórica. El equipo lo nota y el rival también.
10. El Oviedo ya ha demostrado que puede superar al Mirandés: Pese al 1-0 en contra en la ida, el equipo compitió con personalidad en Anduva y generó opciones para lograr un mejor resultado. La eliminatoria sigue abierta y ahora el escenario es otro: el Tartiere, con todo a favor para dar la vuelta.
11. Este equipo está preparado: Física, mental y emocionalmente. Ha sabido sufrir, competir y crecer en los momentos decisivos. No llega por casualidad: llega por méritos. Y lo hace en su mejor momento, con confianza, unión y el objetivo más cerca que nunca.
No es solo una final. Es una oportunidad que se construyó partido a partido, paso a paso. El Oviedo llega preparado, arropado por su gente y sostenido por su historia. Once razones, un mismo destino. Y un estadio que ya está listo para volver a escribirlo.