Ramírez, podrías haberlo evitado
El futuro del técnico canario originó una gran incertidumbre durante el lunes tras la oferta que recibió del Barcelona de Guayaquil
Miguel Ángel Ramírez es un técnico muy valorado lejos de España. En Ecuador, incluso, un entrenador 'top'. Sin ir más lejos, justo antes de aceptar la propuesta del Sporting de Gijón, era uno de los candidatos para entrenar a la selección ecuatoriana. Su trabajo en Independiente del Valle le avalaba. Su título de la Copa Sudamericana también ha impulsado la oferta que ha recibido del Barcelona Sporting Club de Guayaquil, el equipo más popular de Ecuador.
Siendo innegable la introducción, Ramírez todavía tiene que demostrar su valía en el fútbol español. Y ahora mismo está ante una buena oportunidad. A sus órdenes tiene una plantilla que el curso pasado creyó en él y con la que amplió sus recursos tácticos. Desde el primer día de pretemporada puede implantar su verdadera filosofía. A su alcance cuenta con todo tipo de medios que están muy por encima de la media de los equipos de Segunda división. Le gustaría a estas alturas una mayor renovación del vestuario, desde luego, pero tampoco puede negar que la base no está nada mal.
Bien es cierto que la exigencia del Grupo Orlegi a veces parece desmedida. No es real en estos momentos hablar de un objetivo de play off, cuando sólo ha llegado una cara nueva y dos de las otras tres altas son jugadores que apenas participaron la temporada pasada. La ambición desde México le ha pasado factura, así como la necesidad que le transmiten de obtener resultados a corto plazo.
Prueba de ello fue lo sucedido en el día de ayer. Ramírez tuvo dudas, es normal. Ramírez valoró la propuesta, está en todo su derecho. Ramírez se equivocó, puede pasar. Y se equivocó porque a la oferta llevaba dándole vueltas un par de días. Horas en las que bien pudo haber advertido al Sporting con el fin de evitar el desconcierto y la exposición pública. Cuando lo quiso hacer ya había saltado la noticia en un sinfín de medios ecuatorianos. Fue en este momento cuando habló con David Guerra, notificándole el interés y sin concretar cuál era su respuesta.
Minutos después, el 'papelón' de Guerra durante la presentación de Rubén Yáñez justificó su sueldo de presidente portavoz. Ofreció explicaciones con toda la naturalidad posible, sin contundencia, sorprendido por los tiempos y subrayando el compromiso que requiere ser parte de la llamada 'organización'. Por eso Orlegi, llegado el caso, no hubiese puesto demasiadas trabas a la salida del técnico. Ya por la tarde, afortunadamente, las partes se vieron las caras y se dijeron las cosas claras. No hay nada mejor que el diálogo directo para aclarar las diferencias. Volver a empezar y darse una verdadera oportunidad. No como la de la campaña anterior. Al menos, toca intentarlo.
En resumen de lo sucedido, y más allá de la propiedad, lo que Gijón merece es toda la consideración hacia el Sporting y su masa social. Una afición que en su mayoría vivió con estupor la indefinición del lunes. A estas alturas, con la pretemporada iniciada y a 24 horas para iniciar el viaje a México, ¿cómo puede ser que el inquilino del banquillo de El Molinón esté en el aire? Y todo esto tras presentar una campaña de abonados que tiene precios de Primera división. En definitiva, viendo el vaso medio lleno, la primera 'crisis' de este curso se zanjó con una respuesta rápida y sentido común por ambas partes. Ramírez, eso sí, si no lo repites será mejor.