Sin pausa, pero sin prisa: Rodri Tarín habla sobre los plazos de su recuperación 

248 días han pasado ya desde la última participación de Rodri Tarín con el Real Oviedo. El central se rompió el ligamento cruzado anterior en Anduva hace más de ocho meses y desde entonces ha vivido un largo proceso de recuperación que aún no ha terminado. Los plazos en este tipo de dolencias son muy relativos, aunque suelen oscilar entre los seis y los ocho meses. Sin embargo, esta vez se ha prolongado más de lo esperado. 

El valenciano ya se encuentra en la recta final para su vuelta a los terrenos y desde hace unas semanas ya ha vuelto a trabajar sobre el césped de El Requexón. Ayer se pasó por el canal de Twitch del club en la previa del encuentro ante el Real Zaragoza, donde habló de su estado actual y dejó claro que no tiene prisa. “Ya estoy trabajando en el campo. La lesión ha sido grave, llevo tiempo pero la rodilla está perfecta que es lo que más me preocupaba. Voy a volver al 100%, no me obsesiono con los plazos porque volveré bien que es lo importante”, reconoció. 

Tarín ya tiene experiencia en este tipo de lesiones porque durante su etapa en el filial del Barcelona ya la sufrió -en la otra rodilla- y reconoce que gestionar el aspecto mental es lo más complicado. “Al ya haberla superado anteriormente no le tengo ningún tipo de miedo porque sé que con tiempo y trabajo me voy a recuperar al 100%. Por otro lado, el aspecto mental es muy duro. Tienes que tener claro que vas a pasar momentos complicados, aunque también habrá picos de alegría como ponerte a trotar por primera vez. Ver que están todos tus compañeros y que tú no es complicado”. 

Más allá de su lesión, el central valenciano también fue preguntado por el cambio de entrenador, que él valoró de forma positiva. “En el fútbol vivimos de los resultados, poco más se puede añadir. Desde que llegó el míster (Carrión), los resultados han ido muy de cara y también se suma que las sensaciones de juego y el nivel del equipo está siendo muy alto. Estamos todos muy contentos”, prosiguió. 

En enero, el central cumplirá dos años en la capital del Principado, una ciudad que “le encanta” y de la que ya se siente “totalmente integrado”. De hecho, su hija nació hace un mes y ya es una asturiana más. Y uno de sus lugares favoritos es el Carlos Tartiere, un estadio que ejerce una presión grande que no rechaza el propio Tarín. “A mí me gusta porque demuestra un sentimiento y las aspiraciones del club. Esa presión te ayuda siempre a luchar por lo máximo. Cuando las situaciones van mal se nota esa exigencia, pero considero que en un club de este nivel tiene que estar”. 

Y, a pesar de haber jugado varias temporadas en Primera División, el central se sorprendió al comprender de cerca lo que es este club. “Oviedo es una de las aficiones y ciudad que está más encima del equipo. Hay mucho sentimiento y yo no había vivido nada igual. Me di cuenta muy rápido. Compitiendo en Primera División no se llegaba a esto ni cerca”, concluyó.