"Balones a Cazorla"

"Balones a Cazorla". Esta fue una de las frases más escuchadas en las gradas del Carlos Tartiere durante la segunda parte del partido entre el Real Oviedo y el Real Zaragoza. Con los azules atascados en campo rival, la afición oviedista tenía claro que por las botas del mediocentro de Lugo de Llanera iban a pasar cosas buenas. Y así ocurrió.

Durante el tiempo de descanso, Luis Carrión movió ficha e introdujo a Santi Cazorla en detrimento de Paulino de la Fuente para desatascar al equipo en ataque y darle fluidez en la circulación de balón. Y vaya si lo consiguió. El '8' azul jugó durante todo el segundo tiempo a su antojo para desestabilizar al rival y encontrar los espacios en su campo, generando situaciones de ventaja.

Cazorla no solo le dio movilidad a su equipo, hasta el momento espeso en zona creativa, si no también le generó tranquilidad, esa que se necesita en los últimos minutos cuando más tiemblan las piernas y el botín se ve amenazado por el rival. Con el 1-0 en el marcador y el Zaragoza intentando replicar el gol de Alemão, Cazorla no se escondía y no paraba de ofrecerse en la sala de máquinas para retener el balón y hacer y deshacer con él a su imagen y semejanza. Para sus compañeros, y también para la paz en las gradas, el '8' era un refugio muy útil.

"Tener a Cazorla de vuelta es una alegría. Lo tenemos poco a poco, hoy ha jugado algo más para coger ritmo. Es lo que vemos siempre, es un jugador de alto nivel. Ojalá lo tengamos siempre", se sinceró Luis Carrión al término del partido. La buena noticia para el Real Oviedo es que Cazorla ya está funcionando a pleno rendimiento. Quizás el partido ante el Espanyol pueda significar su regreso al once. O no, quién sabe. En cualquier caso, sea el momento en el que deba aparecer en el campo, al Carlos Tartiere no le faltaba razón el domingo. El Oviedo ya conoce el plan: "Balones a Cazorla".