Diario de un estreno: El OCB ya disfruta del 'efecto Palacio'

El Alimerka Oviedo se dio el gustazo ante San Pablo Burgos (93-77) en un Palacio de los Deportes que se vistió con sus mejores galas para albergar el debut de los ovetenses

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Alimerka Oviedo
Sáb, 06/09/2025 - 22:15

“Y ahora, ¿dónde está mi asiento?” Esa fue la pregunta más repetida por los aficionados del Alimerka Oviedo Baloncesto cuando accedieron esta tarde por primera vez al reestreno del Palacio de los Deportes. Acostumbrados al pragmatismo de Pumarín, ahora la nueva casa del OCB se presentaba como un ‘escape room’ de lujo para los hinchas carbayones. Fotos, vídeos para Instagram y caras de asombro al ver la fascinante obra de remodelación de un pabellón que ya es la nueva casa del equipo de Javi Rodríguez. Y del baloncesto ovetense y asturiano.

Los pasillos se hacían infinitos, los asientos como el sofá de casa y hasta la publicidad led -videomarcadores incluidos- desviaba la atención. La inquietud de los miembros del club para que todo saliera perfecto se mezclaba con la ilusión de los aficionados, radiantes en un estreno que tardarán tiempo en olvidar. Todos éramos niños con zapatos nuevos. Incluso los periodistas hemos pasado de los pupitres escolares de Pumarín a una cómoda y sofisticada posición en el Palacio. Una experiencia de primer nivel europeo en las gradas y también en la pista.

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La cita en el Palacio de los Deportes no solo tuvo el fin de cortar la cinta y el ‘selfie’ protocolario de los más coquetos. También ver las primeras pinceladas del Alimerka Oviedo de cara a la temporada 2025/2026, la decimotercera en Primera FEB. Enfrente un San Pablo Burgos recién ascendido a la Liga ACB. Casi nada para abrir boca.

Aunque lo de menos era el resultado en este primer amistoso de la pretemporada, los más de 1.500 aficionados se presentaron con ganas de ver espectáculo. Y lo consiguieron de la mano de los ‘rookies’ de este renovado OCB. Los triples de los estadounidense Francis Nwaokori, Calvin Hermanson y Brycen Goodine, la electricidad del argentino Fede Copes, la dirección de Greg Parham y el oportunismo bajo el aro del ucraniano Daniil Shelist plantaban cara a los Samuels, Díez, Corbalán y compañía, que no vinieron a Oviedo a pasearse precisamente.

A los nuevos también se sumaron los más veteranos, como Robert Cosialls, Raúl Lobaco y Dan Duscak, incisivos el tiempo que estuvieron en pista. Los dos primeros cuartos fueron de puro intercambio de canastas y una igualdad que ninguno de los dos era capaz a romper. Tras los dos primeros períodos, 42-42 y todo por decidirse en la segunda parte.

Los decibelios iban en aumento en el Palacio, lo que se tradujo en pequeños parciales para el OCB, que dispuso de una primera máxima de cinco puntos (51-46) en los primeros compases del tercer cuarto. No se frenó ahí, de hecho, subió hasta los once puntos (65-54) gracias al atrevimiento de Calvin Hermanson desde el perímetro y la intimidación de Faure en la pintura. Al final del tercer cuarto, nueve arriba para los carbayones (65-56).

Se gustó el OCB en el último cuarto. Transiciones rápidas, tapones de Lobaco, un Shelist enchufado y un carácter aguerrido colectivo reflejado en las dos pinturas terminó ganándose el respeto de todo un San Pablo Burgos que mordió el polvo (93-77) el día que el Palacio de los Deportes se echó rímel en los ojos. Con independencia del resultado, la tarde de hoy ya forma parte de las páginas doradas de la historia del Alimerka Oviedo. Y también del baloncesto en Asturias. El día que el Palacio de los Deportes le dio la bienvenida al OCB. Y encima con victoria. Del mágico y eterno ‘efecto Pumarín’ ya empieza a evolucionar al sofisticado ‘efecto Palacio’.

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