El balón parado sí da puntos al Real Oviedo en el Carlos Tartiere
Los carbayones han logrado 4 de los últimos 10 puntos conseguidos como locales gracias a esa faceta del juego, pero fuera de casa es el principal lastre
Aliado o enemigo. El balón parado se ha convertido en un quebradero de cabeza, pero también ha dado alegrías. La diferencia radica en si el Real Oviedo juega en su estadio, o lo hace fuera de casa. Desde la llegada de Álvaro Cervera, el equipo ha encajado hasta seis tantos de estrategia. Sin embargo, todos ellos tuvieron lugar lejos del Carlos Tartiere.
Esto resulta lógico porque con el nuevo técnico el Oviedo no ha recibido ni un solo gol en su feudo, pero además, ha conseguido convertir su principal lastre, en una herramienta con la que hacer daño a los rivales: dos de sus tres triunfos en los cuatro partidos disputados han sido fruto de la estrategia.
En el primer partido ante el Málaga, parecía que el balón parado era la fórmula más factible para obtener el triunfo. Sin apenas sesiones de entrenamiento en las que corregir los vicios heredados y con una forma física alarmante, el cerrar la jornada ante un rival que llegaba colista obligaba a los oviedistas a ganar para no meterse en problemas mayores que los que había por aquel entonces. De un córner, al filo del descanso, llegó el penalti que dio la victoria a los azules.
Contra el Mirandés, fue en otro saque de esquina cuando Bastón anotó el único tanto que hubo en el encuentro. Ante el Granada y frente a Las Palmas, la pizarra de Cervera también causó sobresaltos a los rivales. En total, 4 de los 10 puntos obtenidos en el Carlos Tartiere se han conseguido gracias a la estrategia.
Sin embargo, a domicilio sucede todo lo contrario. El Real Oviedo cometió un error en su último encuentro en Ipurúa que le condenó. También fue castigado por esta faceta del juego en Mendizorroza con dos tantos encajados, (uno de ellos de penalti tras un saque de esquina), otros dos ante el Villarreal B y otro en el Toralín. Eso sí, ante el Tenerife fue en un córner la forma en la que el Real Oviedo logró los tres puntos. Aunque resulta incomprensible el cambio de dinámica en función de si son locales o visitantes, lo cierto es que hay un denominador común: el equipo de Cervera cada vez es más fiable en este aspecto del juego, especialmente, en el campo contrario.
De cara al derbi asturiano que se juega el próximo sábado en el Carlos Tartiere, la pizarra puede ser clave para salir victorioso del juego. En la categoría de plata, el 33% de los goles anotados se logran a balón parado. En su estadio, el Oviedo de Cervera incrementa el porcentaje casi hasta un 70%. Por ello, no será sorprendente que el público celebre casi como un gol cada saque de esquina o balón parado cerca del área rival que tenga el Real Oviedo durante el encuentro.