El Oviedo encuentra la fórmula ofensiva

Luis Carrión sorprendió en Montilivi con un planteamiento diferente y el cambio surtió efecto. Por primera vez, el Real Oviedo jugó con dos delanteros de inicio y el resultado fue un equipo más vertical, más decidido y con una sensación constante de peligro. El empate final no borra la mejor noticia del partido: el Oviedo generó mucho más en ataque.

Con Rondón y Viñas juntos, el equipo consiguió llenar más el área y crear más ocasiones, especialmente a balón parado. El uruguayo y el venezolano se entendieron bien, alternando movimientos y complementándose. En varias fases del encuentro, Viñas cayó a una banda o bajó a ofrecerse, mientras Rondón se mantuvo como referencia dentro del área. Esa alternancia permitió que el Oviedo atacara con más jugadores y tuviera más opciones de remate.

La consecuencia fue clara: el equipo remató más, generó más segundas jugadas y obligó al Girona a defender más atrás. El plan ofensivo funcionó especialmente en la primera hora de juego, cuando el Oviedo dominó el partido y se puso 0-2. Y aunque los errores defensivos acabaron costando la victoria, la versión ofensiva dejó motivos para el optimismo.

El Oviedo llevaba semanas buscando una forma de ser más dañino en ataque sin perder equilibrio, y en Montilivi pareció dar con la tecla. Carrión encontró una combinación que le permitió sumar presencia, confianza y colmillo. Puede que el empate dejara un sabor agridulce, pero el equipo se marchó con una sensación importante: cuando se atreve a juntar a sus delanteros, el Oviedo es más peligroso.