El vacío de Hassan

Lleva un tanto y cinco asistencias en lo que va de curso. Números que ya acumulaba a finales de noviembre tras la victoria del Sporting de Gijón ante el Eldense. En ese momento los datos de Haissem Hassan no estaban nada mal. Todo lo contrario. Eso sí, desde entonces ya han pasado 12 jornadas.

Estaba siendo uno de los mayores argumentos atacantes cuando su equipo estaba en el mejor momento. Los rivales centraban sus esfuerzos defensivos en él. Hassan recibía en banda derecha y a su marcador se sumaba al menos otro jugador rival. Atraía a los oponentes, desbordaba o encontraba a sus compañeros, por lo que el Sporting se aprovechaba de todo ello.

Por sus habilidades, el ataque del conjunto gijonés comenzó a ser muy previsible. Los balones a Hassan, siempre partiendo desde la línea de banda, eran constantes. Su velocidad no la aprovechaba para recibir al espacio, siempre lo hacía para recoger el balón al pie, lo que hacía más sencillo su marcaje. Además, poco a poco, fue cediendo metros e iniciado sus jugadas desde campo propio.

Junto a la mala racha de resultados, a Hassan tampoco le vino bien la entrada que dejó tocado su tobillo en Zaragoza. Renqueante, jugó tocado dos fines de semana. Se recuperó al 100% para el encuentro frente al Burgos, pero Ramírez no le dio la titularidad. Esa semana, en un entrenamiento preparatorio, trató de corregir su errática vigilancia defensiva. Lo hizo también durante la victoria sobre el Albacete, en un encuentro en el que sí fue titular. Hassan había conducido el balón durante más de 20 metros, se quedó sin piernas y no volvió.

De vuelta a la alineación, el joven extremo tiene ahora 13 partidos por delante para ampliar sus números. También para que confirme su proyección y eleve su cartel en el mercado. El Sporting tiene una opción de compra por él, valora su fichaje en Primera división y, si puede, tampoco lo descarta en caso de mantener la categoría.