Errores, aprendizajes y un propósito de enmienda
El Real Oviedo examina los fallos cometidos en el partido ante el Mirandés, con la voluntad de subsanarlos en próximas jornadas
Más allá de la derrota, la imagen mostrada por el Real Oviedo ante el Mirandés el pasado domingo en Anduva no fue la deseada. Así lo reconoció el propio entrenador azul, Luis Carrión, tras el partido. "Estuvimos muy espesos, perdíamos el balón y por fuera no teníamos situaciones para encarar. Hemos hecho las cosas bastante mal, alguna bien. Seguiremos trabajando".
Este análisis ha sido compartido por el entorno azul, que en muchos han calificado este partido como el peor desde la llegada de Carrión al banquillo oviedista. Los azules acusaron la falta de ideas con pelota, y en defensa se mostraron más vulnerables que de costumbre. Al fin y al cabo, es el primer partido de la temporada en el que los carbayones encajan dos goles. El primero de ellos muy evitable, tras un despiste de la zaga azul,
En ataque, uno de los déficits fue la "falta de profundidad", tal y como argumentó Romario Ibarra esta mañana. "El rival puso dos bloques bajos muy compactos y nos costó entrar. Cuando tengamos este tipo de partidos, debemos ser muy profundos por las bandas, que es el lugar más fácil de entrar a una línea tan compacta", expresó el atacante ecuatoriano en sala de prensa.
No es la primera vez que un rival presenta un planteamiento así y al Real Oviedo se le atasca. Sin ir más lejos, en el partido ante el Cartagena a los azules les costó abrir el entramado defensivo del contrario. Solo un penalti en el tiempo de descuento pudo desatascar un encuentro que se había puesto cuesta arriba a las primeras de cambio con un gol en contra. Tanto en el duelo ante el conjunto cartagenero, como contra el Mirandés, el Real Oviedo salió victorioso en la posesión - 76% y 66%, respectivamente -, pero sin transformarlo en demasiado peligro.
Otro de los errores cometidos por los azules ha sido la gestión de los minutos finales, concretamente, justo después del empate. Así lo analizó el técnico azul después del encuentro. "Nada más meter el gol tuvimos dos pérdidas. Tenía la sensación de que queríamos marcar el segundo muy rápido y hay que tener algo de calma. Es una pena el gol de rebote, pero no gestionamos bien esos minutos". Un exceso de ambición fue lo que privó a los azules de volver con un empate que, en vista de las circunstancias que rodearon al partido, hubiera sido positivo.
En tres días, el Real Oviedo se medirá al Espanyol. En estas pocas sesiones que separan ambos encuentros, Luis Carrión intentará subsanar lo ocurrido en Anduva y, de esa manera, que sirva para poner remedio a lo visto hace dos días. La siguiente prueba será este viernes ante el conjunto perico, uno de los candidatos al ascenso a final de la temporada.