Gafe desbloqueado y una tendencia a la que agarrarse

Las estadísticas están para romperlas y eso es lo que está haciendo el Real Oviedo a lo largo de la temporada. Primero fue Elda, después Ferrol y ahora tocaba el escenario más complicado: Ipurúa, pero los azules consiguieron acabar con el gafe en un estadio cenizo desde hacía mucho tiempo. Y además ofrecieron una gran imagen que refuerza aún más el buen momento que vive el equipo de Luis Carrión. 

Los carbayones, por fin, rompieron con un maleficio que ya se alargaba en el tiempo. Su última victoria en Ipurúa fue en 1957, hace más de medio siglo. En aquella ocasión, los azules ganaron 2-3 con hat trick de Agustín Rojas, por aquel entonces en Segunda división. Desde aquel encuentro, un balance muy pobre en los siguientes once enfrentamientos: cuatro empates y siete derrotas, la última hace apenas un par de semanas. 

Sin embargo, la historia está para cambiar y el equipo de Luis Carrión se encargó de ello. Los azules despacharon un partido muy serio ante el Eibar, cuya actuación quedó redondeada en la segunda parte, momento en el que llegaron los goles. Primero el de Alemão, gracias a un gran centro desde la izquierda de Abel Bretones, y luego el de Sebas Moyano, precedido por una gran acción de Borja Bastón. 

Desbloqueado el gafe, ahora los azules se agarran a una tendencia que se ha repetido en los dos últimos años y que tiene como punto en común al Eibar. El equipo que ha eliminado al conjunto armero ha sido quien acabó ascendiendo. Ocurrió el curso pasado con el Alavés y el año anterior lo logró el Girona, remontando precisamente la eliminatoria en Ipurúa con un resultado idéntico al de los azules (0-2). Y ya saben el dicho, no hay dos sin tres.