¿La última bala de Djuka?

El Sporting de Gijón y Uros Djurdjevic tienen un problema. El futbolista no está ofreciendo un buen nivel y el equipo está acusando su escaso rendimiento. De ahí, entre otros factores, las dificultades de los rojiblancos de cara a la portería rival. Sus datos han caído en picado en las dos últimas campañas.

No es el futbolista de los 22 goles de la campaña 2020-21 y tampoco el de los cinco tantos que hizo el curso pasado, dos de ellos de penalti y en las últimas jornadas. Debe encontrar su término medio. El extremo negativo es que el, de momento, se está produciendo esta temporada, en la que solo lleva dos goles en los 25 encuentros que ha jugado, 15 de ellos como titular. Su promedio goleador es alarmante: Un tanto cada 689 minutos.

Al menos, a Djuka le restan 14 jornadas para invertir la tendencia. Un último tercio en el que, desde su aterrizaje en España, siempre ha marcado, aunque con registros dispares. Hizo seis goles en la 2021-22, pero solo uno en la 2019-20. El serbio necesita recuperar sus mejores prestaciones si es que quiere seguir contando con la confianza del entrenador. Incluso la de club.

En ese sentido, la rentabilidad de la renovación de Uros Djurdjevic en 2022 está siendo muy deficiente. Además, su sueldo base, el más elevado de la plantilla, supone una limitación importante a la hora de ajustar el tope salarial. Así, su situación, salvo reválida, es prácticamente insostenible. Su ampliación de contrato fue una de las primeras grandes decisiones deportivas del Grupo Orlegi. Su vinculación termina el 30 de junio de 2017. Es decir, le restan tres temporadas para que finalice su relación con el conjunto gijonés. 

De cara a el partido de este viernes, el internacional montenegrino ya sabe lo que es marcarle al Albacete. Lo hizo el curso pasado, en la jornada 30, justo antes de su lesión de rodilla, así como en la 18-19, ambas en el Carlos Belmonte. Djuka opta a ser titular, aunque sus opciones parecen pasar por un sistema con dos delanteros. A Ramírez no le convenció la actuación de Mario González como único delantero en Burgos, aunque precisamente justificó el rendimiento por su soledad en el ataque. El burgalés parte con más posibilidades de formar la delantera con Juan Otero.