Las dos caras del Sporting de 'MAR'
El equipo siempre ha mostrado una versión más ofensiva después del descanso. El partido del Tenerife fue un nuevo ejemplo
Salió el Sporting de Gijón con una marcha más ante el Tenerife. Era necesario subir el ritmo después de un primer tiempo sin disparos a portería y la sensación de peligro por parte del cuadro canario. Y el equipo de Miguel Ángel Ramírez, una vez más, lo hizo. De tres disparos en la primera parte, el Sporting pasó a contabilizar hasta siete tiros, siendo dos de ellos entre los tres palos. El gol de Dani Queipo confirmó, de nuevo, la versión mejorada rojiblanca tras el paso por vestuarios.
Seis partidos son los que acumula Miguel Ángel Ramírez en liga con su Sporting. En los seis encuentros, el bagaje ofensivo ha aumentado durante la segunda parte. En su debut, el Sporting realizó 11 disparos a portería, cuatro en la primera mitad y siete en la segunda. El ritmo del partido ante un rival en inferioridad hizo que los rojiblancos dieran un paso adelante para asegurar un triunfo que no se escapó.
No se podría conseguir la victoria ante el Málaga la semana posterior. Fue este el único partido en el que el Sporting no consiguió aumentar visiblemente sus prestaciones ofensivas tras el cambio de campo. Pero hubo cierta mejora. Cuatro disparos en cada parte y solo un tiro entre los tres palos. Este llegó en la segunda parte.
En Leganés, posiblemente el peor partido de la era Ramírez, el planteamiento no varió. Una primera parte de nula creación ofensiva, con solo dos disparos, dio paso a una segunda mitad con más ocasiones. Tres disparos entre palos y un total de ocho llegadas. Una versión mejorada que no permitió a los rojiblancos sumar en Butarque.
De vuelta en El Molinón, el gol de Pedro en la primera parte ante el Huesca parecía cambiar las tornas. Pero no. Fue el partido de mayor producción ofensiva del Sporting en cuanto a disparos. 16 tiros repartidos a partes iguales entre el primer y segundo tiempo. Las claras llegaron tras el descanso, con seis disparos a portería por los tres de la primera parte.
La situación más visible de este cambio tras el descanso se produjo en Andorra. Tras una primera parte de incomparecencia ofensiva, el cambio de Ramírez dio un acelerón al caudal ofensivo del equipo. Ocho disparos, dos de ellos a portería, un gol anulado y una mayor sensación de peligro. Algo que ocurrió ante el Tenerife. Después de terminar la primera parte sin chutar entre los tres palos, Queipo lo buscó en los primeros minutos de la reanudación hasta que lo encontró. Una muestra más de que el Sporting muestra una cara algo más fiera en los segundos tiempos. Y en eso encuentra algo a lo que agarrarse el equipo de Ramírez.