Pablo Carreño: "Este título es para toda la vida"

Una ceremonia civil y muy discreta. Así fue la boda de Pablo Carreño y Claudia Díaz en Gijón, en la finca La Riega. No fue una boda numerosa. Los novios querían celebrar este día junto a sus familiares más allegados y amigos que les conocen, desde que comenzaron su relación, hace aproximadamente cinco años.

Fue un día “muy bonito y emotivo” es el sentir de todos los que acudieron a la boda. Unos invitados en los que se encontraban figuras que han marcado la trayectoria del tenista asturiano. No faltaron a la cita su entrenador Samuel López, su compañero de circuito Roberto Carballés, quien entrenó con Pablo en el Real Grupo de Cultura Covadonga horas antes de contraer matrimonio. También quiso estar al lado de Carreño en uno de sus días más especiales, su amigo desde pequeño, Nacho González, quien también le ayudo en sus inicios en Barcelona. Entre otros invitados que aseguraron que a los novios "se les veía radiantes. estuvo todo fantástico y fue una boda muy familiar".

La ceremonia tuvo lugar a la una de la tarde y después los novios y los invitados pudieron disfrutar de un aperitivo corto, para después degustar un menú servido por el chef Nacho Manzano, quien se mostró “muy feliz de poder servir la boda de un tenista como Pablo Carreño”.

Los novios viven en Barcelona. Claudia es abogada, por la Universidad de Oviedo y trabaja en un despacho en la ciudad condal. Hoy mismo parten para Cataluña, tras disfrutar de uno de los días más importantes para la pareja gijonesa. El viaje de novios tendrá que esperar, ya que los compromisos de Carreño primeros de año le llevarán a Australia y ahora está inmerso en plena pretemporada. 

Carreño comienza 2022 con nuevos retos, uno de los más importantes ya lo ha logrado, conseguir un título para toda la vida.