Pese a todo, el Sporting luce banquillo

El Sporting de Gijón ya está en Asturias tras el latoso desplazamiento de ida y vuelta a Almería, donde sumó un punto que supuso una inyección de confianza. Mejoraron los rendimientos individuales en defensa y se vio mayor adaptación a las nuevas directrices. También proyectó un compromiso sobresaliente y algún 'detalle' desde el banquillo final que llama a la esperanza.

Es cierto que cuatro de los cinco cambios ya se habían producido cuando llegó el tanto de Centelles. Sin embargo,  el Sporting no estaba sufriendo en exceso en el momento del 1-0. Incluso daba cierta sensación de control. En resumen, estaba mucho mejor que en la primera parte.

Pablo García aportó piernas y limitó riesgos con la tarjeta que Cote había visto. Queipo esperaba una oportunidad como la que tuvo en el descuento, mientras que Gelabert una transición como la del gol. Lo que no entraba dentro de los planes es que a Róber Pier le costase tanto hacerse con el ritmo del partido. Eso sí penalizó.

A Rubén Albés no le quedó otra que modificar sus sistema. Dio entrada a Campuzano por Bernal, dejando un centro del campo con Gelabert y Lander Olaetxea. Algo así hizo en ocasiones el Sporting del curso pasado, cuando por el desarrollo del encuentro Villalba se quedaba como uno de los dos mediocentros. Era necesario asumir el riesgo y la apuesta dio el premio buscado. Campuzano subió el empate al marcador.

Al margen del resultado, las consecuencias pueden tener su extensión al derbi asturiano del próximo sábado. Gelabert podría tener más minutos. También Campuzano, que incluso podría hacerlo de titular si Otero pasa a la banda. Además, Caicedo puede llegar a tiempo, lo que aseguraría la presencia de un ‘9’ como revulsivo si es que el catalán obtiene la titularidad. Otra alta más previsible será la de Nikola Maras, aumentando las posibilidades de un banquillo que ya da puntos. Y todo eso a pesar de que el mercado se ha quedado algo corto.