Razones que explican la salida de Nacho Méndez del Sporting

Probablemente aún esté asumiendo su decisión de abandonar el Sporting de Gijón. No por ser muy meditada deja de ser un cambio drástico en su vida. Nacho Méndez llevaba 16 años en Mareo y ocho temporadas con el primer equipo. Nadie de la actual plantilla acumulaba tantos momentos como rojiblanco. Se va tras 218 partidos oficiales, 17 goles y 11 asistencias. Estas son algunas de las claves por las que rechazó renovar con el equipo de su formación. 

Dudas sobre el proyecto: A nadie se le escapa que a día de hoy está extendido un pesimismo generalizado con el futuro a corto o medio plazo del Sporting de Gijón. En los últimos años se ha competido más por escapar del descenso que por conquistar el ascenso. El reciente desacierto en los fichajes, la escasa proyección que se aprecia desde el filial y la falta de oportunidades, los interminables ajustes económicos… Son varios los motivos que frenan la ilusión por el regreso a Primera. 

Otros escenarios: Tampoco Nacho Méndez cumple el perfil más habitual entre los futbolistas. Con los años se ha vuelto más metódico, reflexivo sobre los momentos que vive y nunca ha ocultado la posibilidad de que quisiera buscar nuevos retos. Su profesión le permite conocer nuevos lugares, nuevas ligas o ciudades en las que competir. 

El Molinón: En alguna ocasión ha dicho que las críticas no le influyen, o que no lo hacen en exceso. Sin embargo, resulta imposible que no haya sentido tristeza o incluso rabia al comprobar la reacción de una parte de su afición. La misma que ha sido inflexible con él, llegando a dar la impresión de hacerlo sin razones futbolísticas. En el recuerdo negativo, aunque tiene más positivos, no olvidará que fue pitado en su último encuentro como local en El Molinón. 

Salida de buenos amigos: Lo dijo Cote en su última rueda de prensa. Él había vuelto al Sporting con una serie de jugadores que ya no estaban. Ese cambio en el vestuario fue otra de las razones que impulsaron su decisión de colgar las botas. Quizá a Nacho Méndez también le pesó la marcha de Rober Pier, su mejor amigo de la plantilla. Antes ya había visto salir a Manu García, también a canteranos de su generación o próximas, pero eran épocas diferentes. En ese momento al que fuera '10' rojiblanco aún le quedaba más de un reto por alcanzar.