Un año muy largo para Quentin Braat

Para Quentin Braat seguramente no hayan sido fáciles los últimos 365 días. Primero fue Leo Román el que eclipsó su protagonismo la temporada pasada y en esta lo está siendo Aarón Escandell. Tanto uno como el otro consiguieron convencer a Carrión y a Calleja, respectivamente, para colgarse la etiqueta de titulares bajo los palos del Carlos Tartiere.

Ayer, por fin, llegó la oportunidad para Braat, con la Copa del Rey y el Adolfo Suárez como testigos. Y cumplió con creces el francés, con intervenciones de mucho mérito que mantuvieron con vida a los carbayones en la eliminatoria copera. Ya en la tanda de penaltis, al galo le faltó inspiración para contrarrestar los fallos de los tres compañeros que no atinaron ante el portero rival.

Aunque para Braat el día de ayer fue especial, no es fácil ser testigo del paso de las semanas desde la sombra. Durante la pretemporada trabajó de tú a tú junto a Aarón Escandell, con la portería del Oviedo aún sin dueño, pero desde el inicio del curso fue el valenciano el que se hizo con las llaves. Una situación muy similar a la de la temporada pasada, cuando Leo Román, ahora disfrutando de la Primera división, fue quien conquistó la confianza de Cervera, primero, y Carrión, después. La diferencia es que el curso pasado, Braat permaneció lesionado durante un tiempo de la pretemporada, lo cual allanó el camino de Leo Román.

La eliminación de ayer en Ávila supone una barrera más en la progresión de Quentin Braat, que volverá a centrarse en el trabajo diario para atraer la confianza de Calleja, por el momento, depositada en Escandell. Ahora los azules afrontan lo que resta de temporada sin la Copa del Rey de por medio, el torneo al que se aferraba el francés después de no haber tenido oportunidad en la liga. Su última participación en un partido oficial hasta la fecha de ayer fue precisamente durante la disputa del último partido copero, el 5 de diciembre de 2023 ante el Castellón.