Un encuentro con historia: Así fue el último Oviedo-Rayo en la élite
Aquel 4–1 de la temporada 2000/01 fue el último duelo entre ambos en la máxima categoría, con la curiosidad de que el gol del Rayo lo anotó Bolo, futuro técnico carbayón
Real Oviedo
Han pasado casi veinticinco años desde el último Real Oviedo–Rayo Vallecano en Primera división. Fue un uno de noviembre del año 2000, en un Tartiere todavía recién estrenado, cuando el equipo de Radomir Antic firmó una de aquellas tardes que hoy se recuerdan con una mezcla de nostalgia y sonrisa. El partido terminó con un contundente 4–1, un marcador que resume bien lo que fue aquel encuentro: un Oviedo superior, con jugadores que marcaron una época para todo un grupo de aficionados que crecieron con aquellos nombres en la cabeza.
Curiosamente, fue el Rayo quien golpeó primero. Jon Pérez Bolo hizo el 0–1 en el minuto 30, un detalle que adquiere un matiz especial visto desde hoy: más de dos décadas después, aquel delantero terminaría siendo entrenador del conjunto azul durante unos meses en la temporada 2022–23. Una anécdota que añade un hilo inesperado entre aquel duelo y el presente. Pero aquella ventaja rayista duraría poco. El Oviedo respondió antes del descanso con un gol de Tomic en el minuto 37, y apenas siete minutos después, Oli culminó la remontada firmando el 2–1 camino del vestuario, en pleno estado de gracia y siendo uno de los grandes referentes ofensivos del equipo.
En la segunda parte, el conjunto carbayón confirmó su superioridad. Iván Ania puso el 3–1 pasada la hora de juego y, ya en el tramo final, Keller cerró la tarde con el definitivo 4–1 en propia puerta. Esteban defendió la portería, y Onopko lideró la zaga en un once lleno de nombres que hoy suenan a historia del oviedismo. Fue una de las pocas tardes plácidas de una temporada que, pese a aquel triunfo, terminaría siendo complicada y que marcaría el final de la presencia azul en la élite durante más de dos décadas.
Ahora, con el Real Oviedo ya de vuelta en Primera y con un proyecto muy distinto, aquel recuerdo regresa en la semana del reencuentro ante el Rayo. Otro tiempo, otro estadio, otro fútbol y otra realidad deportiva, pero un mismo vínculo emocional: competir en la máxima categoría, volver a llenar el Tartiere y reencontrarse con rivales históricos que forman parte del paisaje sentimental de la afición azul. La memoria y el presente se cruzan en vísperas de un partido que, sin duda, tiene aroma especial.