Un inicio de liga que invita a la ilusión

La afición del Real Oviedo tiene razones para el optimismo. Los azules, en estas primeras tres jornadas, han logrado un inicio liguero muy prometedor. De los nueve puntos disputados hasta entonces, han podido sumar seis. Estos guarismos aúpan a los carbayones hasta la octava plaza de la clasificación, empatados a puntos con el sexto, el Cartagena, que ahora mismo marca el play off.

La derrota ante el Andorra en el Tartiere significó un leve golpe del que, dos semanas más tarde, los azules ya se repusieron. Las victorias ante Leganés y Racing, ambas por la mínima (1-0 y 0-1), recondujeron el desazón de la primera jornada. Sin mucho ruido, y con muchas bajas por lesión, Bolo ha conseguido sobreponerse a las circunstancias y ha desprendido un aroma ilusionante en la capital del Principado.

Estos registros representan el mejor estreno de los azules en las últimas ocho temporadas, tras el ascenso a Segunda División en 2015. Durante las siete campañas anteriores en Segunda, los azules no fueron capaces de igualar estos guarismos. La temporada 2018/19, con Anquela en el banquillo, ha sido en la que más se acercó, con cinco puntos. Hasta ese curso, en las tres anteriores los carbayones, con Egea y el propio jienense, sumaron cuatro. Las tres últimas campañas el inicio no fue especialmente halagüeño. Con Egea, en 2019, tan solo un punto. Y con Ziganda, en 2020 y 2021, dos puntos.

Para superar los resultados de la presente campaña, tenemos que remontarnos hasta la temporada 1991/92. Los azules, por aquel entonces en Primera División y entrenados por Javier Irureta, empezaron el campeonato con empate en casa (0-0) ante el Mallorca. Las victorias ante el Espnayol en Montjuic (0-1) y frente a la Real Sociedad en el Tartiere (2-0) empujaron a los carbayones a sumar siete puntos de nueve.