Un muro llamado Aarón Escandell

El regreso del Real Oviedo a Primera dejó una imagen clara: Aarón Escandell está preparado para ser el dueño de la portería carbayona. Su estreno en La Cerámica fue todo un ejercicio de seguridad y reflejos, con hasta ocho intervenciones que evitaron una derrota más amplia. Salvo giro inesperado, la competencia en la meta parece tener un nombre propio.

El guardameta valenciano fue protagonista absoluto en Villarreal. Respondió con solvencia en cada llegada amarilla, acumulando varias paradas de mérito que sostuvieron al equipo en los momentos más delicados, especialmente tras la expulsión de Alberto Reina. Su rendimiento se convirtió en la mejor noticia de un debut condicionado por las circunstancias.

Escandell ha dado continuidad a la línea mostrada la pasada campaña, en la que ya había sido decisivo en el ascenso del conjunto azul. Ahora, en la élite, ha demostrado que sus reflejos, valentía y seguridad no entienden de categorías.

En la pugna por la portería, la competencia parece reducida. Horatiu Moldovan, cedido por el Atlético, aún no ha transmitido la misma confianza y parte en desventaja. La jerarquía de Aarón en el vestuario, su relación con la defensa y su experiencia refuerzan su papel como líder indiscutible en la última línea.

Después de años de dudas bajo palos, el Oviedo ha encontrado en él un símbolo de fiabilidad. Tanto es así que ya ha conseguido hacer olvidar a Leo Román, uno de los héroes en la temporada 2023/24 y que, tras su cesión en el conjunto azul, regresó al Mallorca para continuar su carrera.

Con actuaciones como la de La Cerámica, Aarón Escandell manda un mensaje claro: la portería azul tiene dueño.