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LA SIRENA

Un Tartiere de tensión 'positiva' en un duelo clave para el Oviedo

Menos público que en las grandes citas, pero más responsabilidad y un clima que puede marcar un punto de inflexión

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Carlos Tartiere
Vie, 05/12/2025 - 15:00

El Carlos Tartiere ha vivido esta temporada algunas de las grandes noches de la élite. Por Oviedo ya han pasado Real Madrid (29.758), FC Barcelona (29.850), Real Sociedad (25.688) o Espanyol (25.625). También lo hicieron Levante (23.878), Osasuna (24.895) y Rayo Vallecano (23.684). Citas de primer nivel que llenaron, empujaron y tiñeron de azul un estadio que quiere recuperar la grandeza de los años en Primera división.

Sin embargo, la sensación en la previa del duelo de hoy ante el RCD Mallorca es distinta. Puede que la asistencia no sea la más alta del curso, pero el ambiente apunta a ser uno de los más cargados de energía y responsabilidad de toda la temporada, previa incluida con la programación de un gran recibimiento en Alejandro Casona. Una noche de esas en las que la afición siente que debe estar, que no se puede fallar y que el equipo necesita cada aliento.

No es un partido de escaparate: es un partido de necesidad. Y eso cambia todo. El Tartiere no se llenará solo por cartel; se llenará por compromiso. Por la urgencia de sumar, por la dinámica que pide un giro inmediato y por la conciencia colectiva —club, plantilla y afición— de que esta jornada puede marcar un punto de inflexión. De ahí nace esa tensión positiva que se respira desde días atrás, una mezcla de nervio, determinación y orgullo que solo aparece en noches realmente importantes.

Porque lo del Tartiere no es solo cuestión de números. Es también una cuestión de peso emocional. Contra Madrid y Barça hubo ambiente de fiesta; contra el Mallorca habrá ambiente de responsabilidad. El estadio será un termómetro de la situación deportiva, pero también un motor para empujar a un equipo que sabe que, para cambiar la dinámica, necesita precisamente esto: un Tartiere convencido, caliente y dispuesto a inclinar el partido desde la grada. Puede que la cifra no sea récord. Pero sí puede ser la noche con más sentimiento, más implicación y más carácter del oviedismo. Y eso, en días como hoy, vale más que cualquier asistencia.