Una llegada, una despedida y un cambio drástico 365 días después
Hoy, 8 de junio, se cumple un año de la salida de Ziganda de la entidad y de la incorporación de Tito Blanco como director deportivo
“Si algo necesita el Oviedo es un poco de estabilidad. En los casi cuatro años que he estado he tenido dos propiedades, tres directores generales, cinco entrenadores, cinco directores deportivos… A veces parece que juegas un poco a la lotería, a ver si compras muchos boletos y te toca”. Las palabras salen de la boca de Marco Sangalli, pero el término ‘estabilidad’ es recurrente cada vez que alguien relacionado con la entidad sale a hablar. Y no es para menos.
Justo hoy se cumplen 365 días de dos hechos que marcaron el verano anterior en el conjunto azul. El mismo día se produjo la despedida de José Ángel Ziganda en rueda de prensa y también se hizo oficial la llegada de Tito Blanco como sustituto de Rubén Reyes en la dirección deportiva. Apenas un año después, cuánto han cambiado las cosas en el Real Oviedo.
Para empezar, la etapa de Tito Blanco en la entidad fue aún más efímera que la de su predecesor en el cargo (solo estuvo 130 días). Así como su apuesta para el banquillo. Bolo y Tito fueron despedidos a la vez, tras el partido ante el Albacete, pero no por los propietarios que los contrataron. Durante este periplo de 365 días también se produjeron cambios y no pequeños, en la propiedad. El Grupo Pachuca adquirió el 51% del accionariado total del club y Carso se echó a un lado en la gestión deportiva.
Poco a poco Pachuca va instaurando la calma en la entidad. El conglomerado mexicano quiere ir mucho más rápido en la planificación y a día de hoy, por compararlo con el curso pasado, todo está más avanzado. Para empezar, el Oviedo ya tiene director deportivo desde hace varios meses trabajando a pleno rendimiento. También tiene un entrenador renovado hasta 2025 y la situación de varios futbolistas clave está resuelta.
Este verano no habrá, a priori, ningún culebrón como el de Borja Sánchez. El canterano se irá a jugar a México y Camarasa, una de las apuestas de Pachuca, ya está renovado desde hace días. Por si fuera poco, la entidad también tiene atado a Sebas Moyano y avanza por Romario Ibarra, que podría llegar cedido con opción de compra. Además, las previsiones del club son presentar la campaña de abonados y la camiseta a finales del mes de junio, algo nunca visto con Carso en los despachos.
Pachuca también se ha comprometido con el fútbol femenino, después de la adhesión, hace semanas, de cuatro de los equipos del Oviedo Moderno a la entidad oviedista y ha asumido un rol activo en todo lo relacionado con las instalaciones del conjunto carbayón. Entre julio y agosto esperan tener todos los permisos para iniciar las obras de la nueva ciudad deportiva y también llevarán a cabo las reformas del Tartiere, para dotar al estadio de nuevos videomarcadores, U Televisiva y luces led, que reducirán el consumo y permitirán llevar a cabo, entre otras cosas, espectáculos de luces.
En definitiva, a pesar de que ha sido un año convulso en lo deportivo y en los despachos, parece que se están dando los pasos correctos hacia un futuro de mayor calma y estabilidad, dos premisas fundamentales en cualquier club que pretende alcanzar la Primera División.