Difícil de olvidar

El periodista Gabriel Gallego, que trabaja para Cronistar Comunicación y narrador habitual de los partidos del Real Oviedo en Radio MARCA Asturias, comienza su participación en Killer Asturias con un artículo muy sincero

Imagen
Portada Gallego
Jue, 02/12/2021 - 23:29

El Real Oviedo navega en la mediocridad. Lo lleva haciendo estos últimos años, precisamente, a partir de la primera temporada en segunda división tras el regreso al fútbol profesional en 2015, y en la que se desaprovechó una oportunidad, hasta entonces única, por volver a primera división. La eliminación de ayer en Copa es solo la pica del iceberg. El problema viene de fondo – luego abordaremos algunas claves – aunque sin obviar que anoche se vivió un ridículo bochornoso y difícil de olvidar. Y es que, un equipo como el Real Oviedo, con la historia que atesora y la masa social a la que representa, no se puede permitir el lujo de noches como la de ayer.

La afición del Real Oviedo tiene motivos para estar hoy cabreada con el equipo. Habrá quienes, incluso, decepcionados con la imagen mostrada. Perder está permitido. Perder contra un equipo de inferior categoría también (es lo bonito del fútbol y, en definitiva, de cualquier deporte). Pero no caer de la manera en la que lo hizo ayer el Oviedo, eso no. La blandeza defensiva y la falta de colmillo en ataque no creo que sea cuestión de planteamientos tácticos por parte del banquillo. Ni tampoco que esté reñida con la calidad de los futbolistas.

Si en verano nos dicen que el once que saltó ayer a Sa Plana es el once tipo en liga, no son pocos los que lo firmarían. Sin embargo, la pérdida de duelos individuales, la parsimonia a la hora de circular el balón y algunos fallos groseros en defensa evidenciaron falta de motivación por un torneo que ya se le está haciendo bola a la hinchada azul. La falta de actitud, en Oviedo, no se negocia.

Pero, más allá de la imagen y los resultados (tres victorias seguidas en liga harían incluso que nos olvidemos del esperpento de ayer), se percibe en la capital del Principado un tufillo difícil de digerir. Un runrún en torno a la ambición de un club que poco a poco empieza a desvanecerse. De manera evidente se muestra en la asistencia al estadio.

La afición del Oviedo necesita algo más de lo que el club le está ofreciendo. Necesita sentirse reflejada en el proyecto y en quienes lo gestionan. Sentirlos cerca. La brecha social se está incrementando y son urgentes medidas para sumar más efectivos al barco. Lo de ayer no suma, está claro, pero tener unos de los abonos más caros de la categoría tampoco. Hace falta una reflexión profunda que traiga consigo una inyección de moral para una ciudad que quiere ilusionarse con su equipo de fútbol. Y también, ganar al Alcorcón. Así podremos, quizás, pasar página tras un bochorno difícil de olvidar.